IGLESIA DE SANTO TOMÉ, ZAMORA

Hay rincones en Zamora donde el tiempo se detiene y con paciencia antigua, empieza a contarte historias. Uno de ellos es la Iglesia de Santo Tomé, que a primera vista, su silueta románica parece sencilla—humilde incluso—como quien no quiere llamar la atención. Pero acércate un poco más y notarás que esa modestia es solo una estrategia: Santo Tomé disfruta sorprendiendo a los viajeros que se atreven a curiosear.

Es una de las iglesias más antiguas de la ciudad, con un alma que mezcla ecos prerrománicos y viejas vocaciones monásticas. Nació ligada a un monasterio de fundación real y, en 1135, Alfonso VII la entregó al obispo y al cabildo de Zamora mientras la CATEDRAL (enlace a nuestra publicación) románica terminaba de alzarse, convirtiéndola durante un tiempo en sede episcopal. No es poca historia para un templo que se presenta con tanta serenidad.

Dicen que en su origen tuvo planta basilical de tres naves, aunque tras su reconstrucción quedó reducida a una sola, protegida por una cubierta a dos aguas. Aun así, Santo Tomé conserva joyas románicas capaces de detener al caminante: como su triple ÁBSIDE del primer tercio del siglo XII. Un trío de curvas antiguas donde el central, casi cuadrado, presume de imponencia sin perder delicadeza.

Sus ventanas de medio punto dejan entrar la luz como si filtraran susurros y, al observar capiteles, impostas y arquivoltas, aparece un jardín de piedra: hojas, motivos vegetales y un ajedrezado geométrico que parece jugar con la vista del visitante.

Bajo la cornisa se despliega una hilera de canecillos, cada uno tallado con su propio capricho: formas diversas, misteriosas, y algunas figuras tan curiosas que parecen retar al viajero atento.

La PORTADA NORTE es otro tesoro románico: un vano lobulado rodeado de arquivoltas decoradas con rollos cordobeses, puntas de diamante rematadas en bolas, roleos y ese ajedrezado que vuelve a aparecer como un guiño de artesanos de otro tiempo.

La fachada sur, restaurada en 2010, reveló una portada hasta entonces desconocida, como si el templo hubiera decidido compartir un secreto bien guardado durante siglos.

El resto del edificio es un collage de ampliaciones posteriores, así, la portada oeste, por ejemplo, se abrió en el siglo XIX al levantarse la ESPADAÑA.

Asimismo, recientes excavaciones permitieron descubrir una NECRÓPOLIS MEDIEVAL abrazada a la cabecera, recordándonos —con silenciosa profundidad— que cada piedra convive con muchas vidas.


Santo Tomé fue declarada Monumento Nacional el 3 de junio de 1931 y hoy acoge el MUSEO DIOCESANO, donde más de ciento treinta piezas —pintura, escultura, orfebrería y otros tesoros— tejen un recorrido que se extiende desde el siglo I hasta el XIX. Es como caminar por un corredor del tiempo donde cada objeto cuenta una historia distinta.

 Zamora tiene otros muchos hermosos rincones como este, que te invitan, sin prisa y casi en susurros, a volver para seguir contando juntos la historia de la que forman parte.

TODA LA INFORMACIÓN FACILITADA EN ESTA PUBLICACIÓN, HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:

https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_Santo_Tom%C3%A9_(Zamora)

https://www.romanicozamora.es/es/monumentos/ver/santo-tome/15

https://turismo-zamora.com/iglesia-de-santo-tome.html

https://catedralzamora.com/iglesia-de-santo-tome/

https://asociacionguiaszamora.com/iglesia-de-santo-tome-de-monasterio-a-museo-diocesano/

http://www.lafronteradelduero.com/Paginas/zamora_santo_tome.html

VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DE LA PROVINCIA DE ZAMORA EN EL ENLACE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario