Urueña cuenta con el recinto amurallado mejor conservado de la provincia de Valladolid. Su muralla, promovida por la infanta doña Sancha, hermana de Alfonso VII el Emperador y señora de la villa, está fechada, en su mayor parte, entre los siglos XIII y XIV, momento en que Urueña hacía de puente fronterizo entre los reinos de León y Castilla, razón por la cual se estimó muy conveniente dotarla de un adecuado sistema defensivo. Rodeó por completo la población y sirvió para completar la defensa que ofrecía el CASTILLO, levantado en el siglo XI por el monarca castellano Fernando I el Magno, sobre una antigua plaza fuerte romana y ubicado en una de las esquinas de este hermoso cerco amurallado.
Esas murallas que en el pasado se levantaron para repeler ataques son hoy
el abrigo protector bajo el que se resguarda: un atractivo caserío con
características plenamente medievales, que le ha valido la declaración de Conjunto
Histórico-Artístico en 1975;
un buen puñado de librerías (hasta nueve), por lo que es conocida como “LA VILLA
DEL LIBRO”; así como
varios museos, que han puesto a Urueña en el mapa de los destinos culturales
imprescindibles.
Entramos por la PUERTA DEL AZOGUE, una de las dos puertas con las
que cuenta y que todavía sigue cumpliendo su función de entrada principal a la
villa. Se trata de un arco de medio punto flanqueado por dos cubos que crean un
estrecho pasillo defensivo, preparado para proteger la villa de posibles
incursiones exteriores.
Nos parece muy atractivo e interesante, que el nombre de muchas de sus
calles remite a un pasado de viejas tradiciones u oficios, como se explica con
detalle en sus respectivas placas.
Enseguida nos topamos con la iglesia parroquial, gótico-renacentista, de Santa María del Azogue, edificio construido en el siglo XVI sobre la fábrica de una iglesia medieval anterior. Su advocación actual es a Nuestra Señora de la Asunción, llamándose tradicionalmente Santa María del Azogue por ser éste el sobrenombre que tenía la primitiva parroquia sobre la que se asienta.
La construcción renacentista fue promovida por el quinto conde de Urueña y primer duque de Osuna, Pedro Téllez-Girón y de la Cueva, el cual encargó la dirección de las obras
al arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón.
Al adentramos por la calle Cuatro Esquinas (que debe su nombre a su peculiar forma, donde convergen varias esquinas en un punto muy concreto) uno va sintiendo cómo la historia se asoma en cada rincón. Y casi al llegar al Corro de San Andrés, nos encontramos con la CASA SOLARIEGA DE LOS ISLA, considerada la más antigua de Urueña. En su sobria portada luce un bonito escudo que nos habla del linaje y la historia de quienes la habitaron.
Es solo uno de la docena que adornan antiguas casonas nobiliarias de esta
villa llena de historia donde, a pesar de un grave incendio ocurrido en 1872, cada
fachada todavía parece querer contarnos un pedazo de su pasado. Otro claro
ejemplo de ello es la CASA DE MANUEL PÉREZ MINAYO, situada en el extremo
norte del Corro de San Andrés, y construida en el siglo XVIII con sólida piedra.
Esta edificación de dos plantas conserva en su fachada dos escudos que capturan
la atención de todo visitante curioso: el escudo de armas de la familia Minayo
y un escudo episcopal coronado con el tradicional sombrero y las borlas,
símbolos de dignidad eclesiástica. ¿La razón? Manuel Pérez Minayo no fue un
vecino cualquiera: llegó a ser obispo de Badajoz en el año 1755.
No muy lejos nos topamos con la encantadora LIBRERÍA ALCARAVÁN, un refugio cultural lleno de autenticidad. Se convirtió en la primera librería del pueblo, inaugurando la senda que luego consolidaría a Urueña como la primera Villa del Libro de España en 2007.
Su nombre, alcaraván (ave local difícil de ver pero fácil de escuchar al
caer la noche), refleja el vínculo con la tierra y la identidad castellana.
La calle Catahuevos es un pequeño rincón de este pintoresco pueblo
vallisoletano, cuyo nombre le aporta un toque único y divertido. Aunque pueda
sonar a broma o a leyenda, tiene un origen bien real y curioso: está ligado a
las tradiciones de los recoveros, esos comerciantes ambulantes que recorrían la
región llevando y trayendo productos de aquí para allá.
La cercana Plaza Mayor también es conocida como “la Plaza de las
Carnicerías” porque, en la Edad Media y hasta bien entrado el siglo XIX, las
plazas mayores solían ser el centro del comercio local, y en Urueña, esta plaza
en particular albergaba varios puestos y tiendas de carnicería que abastecían
al pueblo y sus alrededores. La carne se
compraba al peso, y en la Calle del Peso cercana, se aseguraban de que todo
estuviera justo.
Ahora nos asomamos a la calle Real, donde se alza otro de los edificios
destacados de la villa, la casona denominada «DE LA MAYORAZGA», hoy sede de
la FUNDACIÓN JOAQUÍN
DÍAZ (en la que se exponen sus
colecciones: grabados de trajes, pliegos de cordel, biblioteca, fonoteca e
instrumentos). Fue levantada en los primeros años del siglo XVIII a instancias
del Obispo Alonso de Mena y Borxa, nacido en Urueña en 1643 y muerto en Calahorra,
sede de su diócesis, en 1714. (grabados de
trajes, pliegos de cordel, biblioteca, fonoteca e instrumentos) para que fueran
expuestos en la casona del siglo XVIII que la Institución Provincial tenía en
Urueña.
Aunque a menudo es lo que más se destaca, Urueña no es solo un cofre
lleno de libros y letras. Es también una villa muy vinculada a la música donde
abundan los museos. Además de las colecciones de instrumentos que se exhiben en
el Centro Etnográfico Joaquín Díaz, Urueña cuenta con la joya museística que es
el MUSEO DE LA MÚSICA. Colección Luis Delgado. Su visita, a través de una instalación en la se
exhiben más de 500 instrumentos, es todo un viaje alrededor del mundo en el que
se disfruta también de las grabaciones sonoras de muchos de ellos. Otro museo
de resonancias sonoras, dependiente de la Fundación Joaquín Díaz, es el MUSEO DE LAS CAMPANAS, con una colección de piezas de los siglos
XV al XX cedidas por el fundidor de Saldaña Manuel Quintana.
Continuando con nuestro recorrido, a un extremo de esta calle Real se abre la PUERTA DE LA VILLA, que antiguamente portaba las armas de los Girón, condes de Urueña y señores de la villa. Aún conserva la ranura central para introducir la reja y huecos para los goznes de las puertas.
Mira al sur, a los campos de Tierra de Campos, donde sobresale la maravillosa ERMITA DE LA ANUNCIADA, único ejemplar completo en estilo románico lombardo de origen catalán de toda la región castellano-leonesa (enlace a nuestra publicación).
A los palomares y los caminos que bajaban hasta la fuente de la que se abastecía el pueblo.
Pero también, al cubo de grandes dimensiones conocido
con el nombre de Peinador de la Reina o Torreón de Doña Urraca, el cual constituye el punto más alto del conjunto
monumental castillo-murallas y a los
cautivadores atardeceres, que desde aquí podemos observar.
Continuamos con nuestro paseo por la calle Lagares, un testimonio vivo de la historia vinícola de la villa, hoy en día convertida en un pequeño paraíso para los amantes de los libros y las historias mágicas. Imagina pasear entre muros medievales y encontrar “EL RINCÓN DEL ÁBREGO”, una librería que parece salida de un cuento: acogedora, llena de libros antiguos que susurran secretos del pasado, vinilos que invitan a bailar y una sección de literatura infantil que hará soñar a grandes y pequeños. Y si sigues caminando un poquito, te espera “LIBRERÍA PÁRAMO”, un tesoro para coleccionistas y curiosos, donde cada libro viejo es una aventura esperando ser descubierta. ¡Un lugar donde el tiempo parece detenerse y las páginas cobran vida!
Llegamos al ROTO, un pequeño hueco en la muralla que, más que un simple agujero, es una ventana al paisaje que rodea Urueña. Probablemente fue una puerta secundaria, un postigo discreto que hoy se presenta con un encanto inigualable. Desde este mirador, cuando el cielo está despejado, la panorámica es un regalo para el viajero curioso: la vasta comarca de Tierra de Campos se despliega frente a ti como un lienzo infinito y justo a los pies, la Huerta de los Judíos nos conecta con la herencia de la aljama que aquí vivió en el siglo XV.
Y desde aquí nos despedimos de Urueña, con la promesa silenciosa de volver algún día, pues la pandemia no nos permitió disfrutarla como desearíamos.
Este pequeño rincón de Castilla nos ha dejado un recuerdo imborrable, de esos que se guardan con cariño en la memoria.
No es de extrañar que lo hayan reconocido como uno de Los pueblos más bonitos de España… porque lo es. Por su historia, su paisaje, su silencio lleno de palabras y su alma literaria. Hasta pronto Urueña, nos volveremos a encontrar entre murallas, libros y horizontes infinitos.
TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN HA SIDO RECOGIDA DE LOS
SIGUIENTES ENLACES:
https://www.provinciadevalladolid.com/-/sorpresas-e-imprescindibles-en-una-visita-a-urue%C3%B1a
https://es.wikipedia.org/wiki/Urue%C3%B1a
https://lospueblosmasbonitosdeespana.org/ficha-pueblo/?id_lugar=24
VISITA OTROS
SORPRENDENTES LUGARES DE LA PROVINCIA DE VALLADOLID EN EL ENLACE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario