IGLESIA DE SAN CIPRIANO, ZAMORA


Ubicada junto a uno de los mejores miradores de la ciudad, San Cipriano es una de las iglesias más antiguas Zamora.

Vistas de la Plaza de Santa Lucía.

Puente de piedra sobre el río Duero.

Comenzada a finales del siglo XI o principios del XII. Se baraja la posibilidad, que se construyera sobre una basílica paleocristiana, posiblemente anterior al siglo VII, junto a las iglesias de San Román, hoy Santa María la Nueva y Santa Leocadia, actualmente San Ildefonso, que conformarían la triada de templos paleocristianos de la ciudad. La fachada y el muro norte se reformaron en el siglo XVIII. Su completa restauración y rehabilitación se realizó a finales del siglo XX, llegando este templo a comienzos del XXI con un aspecto realmente ecléctico. Fue declarada Monumento Nacional en 1931. Posee un triple ábside cuadrado característico del románico en su cabecera, en el que se llevaron a cabo bastantes reformas posteriores.

En la ventana del ábside central, se reubicó un relieve con tres personajes y una inscripción en la que se hace mención a un templo dedicado a San Andrés en 1094 y a los tres maestros encargados de las obras, Alfonso, Sancho y Raimundo, de la dinastía Borgoñesa, encargada de la repoblación zamorana. Para algunos historiadores los tres personajes representan a dichos maestros. 


En el relieve del tímpano de la ventana del ábside del lado de la epístola, a la izquierda, de la cabecera, aparecen cuatro personajes que bien podrían ser apóstoles representados con sus atributos identificadores, según los expertos. De izquierda a derecha serían, Santiago el Mayor, Tomás, Pedro y Felipe portando una cruz, atributo que generalmente distingue a este apóstol, pero no se aprecian, las llaves de San Pedro, ni los elementos que sujetan los otros personajes. 



Mayor discrepancia existe sobre los personajes del relieve encastrado como tímpano en la ventana del ábside del Evangelio, a la derecha del ábside central y en cuya saetera conserva parte de una reja románica del siglo XII formada por un astil con espirales laterales.



En el tímpano pueden distinguirse dos escenas: la que conforman las cuatro figuras de la izquierda, que pudiera ser la Resurrección de Jesucristo (segundo por la izquierda), que parece elevarse sobre otra figurilla caída en tierra ante la mirada de los otros dos personajes, pensativo el uno con la mano bajo el mentón, y orante el otro que junta las manos sobre el pecho. En la zona de la derecha otro grupo de figuras pueden estar representando el sacrificio de Isaac, con la presencia central de Abraham, al que un ángel detiene cuando va a proceder al sacrificio de su hijo, en la que todos los expertos coinciden. 


En la fachada norte se abre una ventana cobijada por un arco de medio punto, con una sola arquivolta baquetonada y bajo taqueado jaqués; el remate superior de la saetera parece una pieza reutilizada con decoración de entrelazado. En el capitel de la columna a la izquierda del observador, a pesar de su deterioro, todavía parece apreciarse un ave o quizás un basilisco.


En el costado sur se levanta la torre en época gótica cuyo cuerpo superior está perforado por pares de huecos campaneros de arcos apuntados sobre imposta corrida.


 En el ángulo suroriental se instaló en la misma época, una hornacina exenta sobre plataforma volada que hoy permanece sin uso, aunque antaño, en el siglo XV, recibía culto una imagen pétrea de la Virgen.


En ángulo con esta, está la portada formada por tres arquivoltas semicirculares.

Por la inscripción del primer arco de esta, se deduce que fue reedificada en 1157, gobernando el emperador Alfonso VII, a modo de epitafio.  


En esta fachada se muestran numerosas piezas reutilizadas del templo primitivo. 


Vemos la representación de un herrero trabajando en su fragua, identificado por la inscripción que figura a su lado: VERMU/ DO FERA/ RIO: QUI FE/ CIT MEM/ ORIA DE/ SUA FRA/ VICA.

 
San Pedro con bonete y la correspondiente llave;...


... un crismón girado, de forma que la cara lateral izquierda del mismo hace ahora de base del sillar. En la leyenda que lo circunda se lee MARQVM ET MATEV[m] LVCAS ET IOANNES.;...


...y un monstruo rampante con cuerpo de cuadrúpedo, cola de serpiente y siete cabezas, que podría representar la Bestia que San Juan describe en Apocalipsis 17.


Y la escena de Daniel en el foso de los leones. Se ha señalado que todos los relieves, pero en especial éste, por su rudeza tanto compositiva como técnica, guardan evidentes similitudes con los capiteles visigóticos de SAN PEDRO DE LA NAVE (enlace a nuestra publicación). Nada tiene de extraño si realmente los relieves pertenecen al templo paleocristiano precedente, o a una desaparecida iglesia situada en las inmediaciones y advocada a San Andrés de construcción mozárabe.

Un poco más arriba se encuentra un relieve incompleto que los expertos señalan puede representar a Cristo una vez resucitado, al que le falta la parte superior, junto al que se aprecia una imagen arrodillada que correspondería a María Magdalena, un ángel turiferario, también ligeramente mutilado, y el sepulcro.

La decoración exterior se completa con los habituales modillones con figuras humanas y restos del ajedrezado en el alero. Debido al desgaste de la piedra no se descifran bien las escenas que se representan.

En el interior se aprecian tres naves reformadas en el siglo XIII. La antigua planta basilical se sustituyó por una sola nave de cabecera plana muy amplia y algunas capillas añadidas, conservando la triple cabecera recta propia del románico zamorano. 



Cuenta con varios capiteles interesantes, tanto figurativos como historiados, como es el caso de la capilla mayor. Los temas de los capiteles son escenas bíblicas como la Adoración de los Reyes en la tradicional disposición de ofrecer sus obsequios al niño Jesús en brazos de su madre, mientras que un ángel presencia la escena.




O la Expulsión del Paraíso, que acoge el pasaje bíblico del Pecado Original. El árbol de la fruta prohibida ocupa el lateral del capitel que mira a la nave y Adán y Eva la cara frontal.




 En el ábside central un capitel enfrentado, presenta en su cara central tres personajes, de los que el de la izquierda pudiera ser un obispo a decir de su indumentaria.

Frente a el, en el interior del muro norte del testero central destaca otro que representa a una sirena alzando su cola con una mano, mientras que con la otra sujeta un pez, simbología alusiva a la lujuria.


El capitel izquierdo del arco triunfal, del lado del evangelio, está formado por un friso vegetal y un conjunto de figuras humanas y animalescas que componen una compleja escena en la que destaca un cuadrúpedo encadenado por el cuello y las garras que aferra con una de ellas la pierna de un hombrecillo quien, a su vez, sujeta al animal con sus dos manos por los extremos de las fauces.




El capitel opuesto cubre su cesta con elementos vegetales en forma de tallos entrelazados al modo de la labor de cestería y hojas que forman volutas. En el cimacio se alinean palmetas inscritas en círculos.

Este ábside del lado de la epístola se rehízo casi por completo en 1975; no obstante se conserva el arco triunfal original. 

El capitel izquierdo, a pesar de estar muy deteriorado, deja ver un individuo que ha perdido su brazo derecho y que extiende la otra mano sobre su abdomen. A su lado izquierdo se aprecia el fuste de una columna, adivinándose la primitiva existencia de otro al lado contrario. El cimacio se adorna también en este caso con flores pentafolias inscritas en círculos de triple filamento.  



El ábside del lado de la  epístola a la derecha, un guerrero pertrechado con escudo y espada. En la parte central, porta en sus manos un libro y cruza las piernas.




En el muro lateral derecho del ábside mayor, sobre la clave del arco ciego central, se encuentra encastrado un segundo crismón orlado y circular, que no sólo muestra el Tetramorfo en sus enjutas, sino también dos aves, una serpiente y en la base, una cruz.


Existe un tercero formando el antipendio de esa misma capilla, sobre la que queda un cruz de procedencia visigoda.



De finales del siglo XIII o comienzos del XIV es la capilla abierta en el muro septentrional; en ella se abren dos arcosolios apuntados. Entre los dos arcosolios de esta capilla bautismal hay un relieve con dos figuras humanas abrazándose, que se han interpretado como la Virgen y Santa Isabel en la escena de la Visitación.



En el ventanal del muro norte quedan restos de policromía tardorrománica. Se puede apreciar parte de un Pantocrator.




En la actualidad se encuentra retirada al culto y ahora es usada como sala de conciertos y exposiciones, especialmente en el Festival Internacional de Música Pórtico de Zamora. 

TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN, HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:

http://soliloquiosenpenumbra.blogspot.com/2016/01/iglesia-de-san-cipriano-zamora.html

http://www.arquivoltas.com/23-Zamora/02-ZamoraSCipriano%2001.htm

https://www.terranostrum.es/turismo/iglesia-de-san-cipriano-zamora

http://www.lasendadelduero.com/rutas-por-el-duero/ruta-del-rio-duero/ciudad-de-zamora/iglesia-de-san-cipriano/

https://www.youtube.com/watch?v=LupQ3c78Kcg

http://www.lafronteradelduero.com/Paginas/zamora_san_cipriano.html

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