La iglesia visigoda de San
Pedro de la Nave se levanta a
finales del siglo VII, pues debió construirse entre los años 680 y 711, es
decir, en los años previos a la conquista musulmana, por lo que puede tratarse
de una de las últimas obras del arte visigodo.
Originariamente tuvo su emplazamiento a orillas del río Esla, pero, al construirse el embalse de Ricobayo, terminaría sumergido en las aguas del Esla, por lo que a iniciativa del arqueólogo e historiador Manuel Gómez-Moreno, se decidió su traslado piedra a piedra a la actual ubicación. Esta operación fue llevada a cabo entre los años 1930 y 1932, por el arquitecto Alejandro Ferrant Vázquez. Fue declarada Monumento Nacional el 22 de abril de 1912.
Su estructura es claramente
la de una iglesia cruciforme, del mismo tipo que las de
SantaComba de Bande, en Ourense, San Pedro de la Mata y Santa
María de Melque,
ambas en Toledo; pero de un momento posterior, cuando
ya en esas iglesias se había añadido a su dedicación funeraria inicial la
utilización como iglesia monástica, por lo que en este caso las
dependencias laterales existen desde su diseño original en vez de ser
un añadido posterior como pensamos que sucedió en las anteriores.
Es de planta rectangular, en
forma de cruz latina inscrita en un rectángulo, con tres aditamentos de
forma rectangular, uno hacia el Este, que forma la capilla mayor, y dos
hacia Norte y Sur, que constituyen dos pórticos laterales.
El lienzo de la
capilla mayor, sobre el arco de ingreso se observa un pequeño vano que da
acceso a una cámara oculta, factiblemente la cámara del tesoro de los templos visigodos.
Consta de tres naves, atravesadas por la de crucero, de la misma altura
que la nave central, que las divide en dos zonas muy diferentes. En la de poniente
las dos naves laterales están separadas de la central por arquerías de
tres huecos separados por pilares unidos por arcos de herradura, lo que de
le confiere un aspecto de basilical.
En la de levante, ambas
naves, se continúan a los lados de la cabecera en dos aposentos comunicados cada
uno de ellos con la nave central, por medio de una puerta y una ventana de tres
huecos, algo que no volveremos a encontrar hasta casi doscientos años después
en algunas iglesias asturianas.
La iglesia tiene tres
puertas al exterior, una al final de la nave central y las otras dos, una
a cada extremo del crucero, con buena iluminación aportada por ventanas con
arcos de herradura, en algunos casos doble, en las naves laterales, la
zona oriental de la nave central, el crucero, la cabecera y el muro
occidental.
En la nave lateral norte
hallamos un sarcófago de sencilla hechura que según la
leyenda contiene los restos de los Santos Barqueros, Julián
y Basilisa.
La cabecera del templo es
toda ella original. De planta cuadrada, luce un friso decorativo a la altura de
los ábacos de los capiteles. Tres ventanales aspillerados al exterior y
derramados al interior, iluminan el espacio. La decoración es de la primera
fase edificativa.
Hay una especie de arco
triunfal que separa la cabecera de la zona clerical. Arco de herradura apeado
en capitules y columnas, siendo estas de mármol probablemente reutilizadas de
algún yacimiento romano. Columnas que se ajustan a los capiteles por medio de
pernos de plomo, como se documentó en el traslado.
En las columnas de acceso a la capilla mayor, se advierten en sus
collarinos, unos motivos geométricos que parecen arcos y que se han
interpretado como simplificaciones, esquematizadas de la Jerusalén divina. En
los ábacos vemos unas ondulaciones que algunos interpretan como serpientes, realizando
una seña a el pecado vencido y expulsado de este altar.
Al lado norte del arco
triunfal y a una altura de alrededor de dos metros hallamos el horologio, una joya de este templo, y única. No es sino un
reloj solar de enrevesada utilización. Se basa en la longitud de una sombra, o
de la que alcanza un rayo de luz determinados, explicitando en la tabla su
medida para cada hora y según el mes en que se hallen. Aunque el vector de
medir, ha desaparecido.
HOROLOGIO |
Conserva en los muros externos, un total de 13 marcas de 10
tipos diferentes de los canteros que velaron por la labor.
Fue realizada con sillería arenisca amarilla de talla regular, bien cortada y asentada sin argamasa. En la fachada noroeste, unos huecos para vigas de madera y el color de la sillería, muestran indicios de una posible estancia monacal del tipo almacén, que no se ha conservado.
En cuanto a la decoración interior, una de las más sobresalientes de la arquitectura visigoda,
pueden apreciarse dos tipos de elementos de distinta concepción y debidos a
distinto artífice: un ancho friso, que se corresponde con una hilada de
sillares, que muestra una sucesión de círculos con variadas figuras vegetales y
animales;
... y los capiteles de las columnas adosadas. Estos son de una meritoria
labra muy superior a la de otras obras antecedentes. Exhiben escenas
historiadas extraídas de la literatura bíblica, como Daniel en el foso de los
leones o El sacrificio de Isaac. Sus cimacios van decorados por medio de roleos
en cuyo interior aparecen figuras de animales e incluso humanas.
Daniel en el foso de los leones |
La decoración del friso de la cabecera situada sobre el vano de muro sur,
con trazos primarios, muestra una especie de dragón con la boca abierta
atacando a un esbozado personaje que lo hiere.
PERSONAJE CON LANZA |
Santo Tomás |
San Felipe |
El sacrificio de Isaac |
La mano divina detiene el cuchillo de Abraham que se cierne sobre su hijo al que sujeta por el pelo. Sobre el ara hay un haz de leña y epigrafiada en su frontal la palabra "ALTARE", para que no haya lugar a dudas. Completa la escena a nuestra derecha el cordero que servirá de víctima sustitutoria. El ábaco de nuevo muestra dentro de róleos, aves y frutos. Sobre la escena podemos leer: "VBI ABRAHAM OBTVLIT ISAC FILIVM SVVM OLOCAUPSTVM DNO"
El sacrificio de Isaac. |
San Pedro |
Al otro lado, San Pablo, levantando su mano izquierda y con un haz de leña en la diestra.En ambos casos, la identidad de los apóstoles la certifica su nombre epigrafiado sobre ellos.
San Pablo |
Y en los ábacos, roleos con caritas y frutos en su interior. En los
laterales de los capiteles, motivos geométricos y caras con curioso tocado a
modo de peineta en algún caso.
La basa de una de las columnas, la menos deteriorada, que muestra caritas en sus ángulos, en las que se ha querido ver representados a los evangelistas.
Todo el templo está adornado con diferentes motivos, desde geométricos, estrellados o cruces patadas, cuadrúpedos, elementos triangulares opuestos que recuerdan a las fíbulas empleadas en esta época, Muchos de esos motivos (especialmente las cruces) tendrían una misión apotropaica, de protección del lugar.
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