Es una de
las iglesias más conocidas de Zamora y recibe el nombre del apóstol medieval
por excelencia; Santiago. En cuanto a su segunda designación, procede de la
tradición medieval, según la cual, en esta iglesia sería armado caballero
Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como el Cid.
Conocida también como Santiago el Viejo, en
contraposición a Santiago del Burgo o Santiago el Nuevo, y en ocasiones también
como Santiago de las Eras, pues a
su lado se encuentra el Campo de la
Verdad, donde tenían lugar las justas medievales.
Situada a extramuros, cerca del castillo, está muy ligada al Romancero Zamorano ya que perteneció a los capellanes del cabildo catedralicio y según cuenta la leyenda; en ella fue armado caballero por el rey Fernando I, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, siendo su madrina de armas Doña Urraca.
Así, en
el Romancero se dice:
Afuera,
afuera, Rodrigo,
el soberbio castellano
acordásete debría
de aquel buen tiempo pasado
cuando fuiste caballero
en el altar de Santiago,
cuando el rey fue tu padrino,
tú, Rodrigo, el ahijado;
Se contempla
que en ella, también tuvo lugar la afanada Jura de
Santa Gadea. Este hecho
parece que no se produjo históricamente en Burgos sino en la iglesia de
Santiago de los Caballeros en Zamora, en la que Alfonso VI y el Cid
asistían a misa en la infancia de ambos.
Se
desconocen los detalles de su fundación aunque está documentada su existencia
en 1168; su construcción, sin embargo, debió realizarse al menos un siglo
antes, seguramente a mediados del siglo XI.
Consta de
una sola nave con ábside semicircular de bóveda de horno, tramo recto
presbiteral y nave propiamente dicha, rectangular. Su proximidad con el río y a
las continuas crecidas que este sufría le han causado diversos desperfectos.
Las fachadas presentan un tramo recto del ábside con una pequeña ventana rectangular.
Tiene un contrafuerte roto en la interacción de la nave y el ábside.
Es de destacar la portada con dos arquivoltas de medio punto, de estructura lisa en conjunto y que entorna con lo adusto del edificio.
El arco triunfal interior, es único en Zamora
por tratarse de una especie de portada interna; los cimacios se decoran con
hojas y palmetas circunscritas.
El tramo recto sacerdotal se enmarca ente dos columnas que poseen capiteles historiados.
En el puntal del lado del evangelio, un león que parece morder algo, quizás un vegetal, mientras se le ha tallado claramente el ano bajo un corto rabo, no propio de un león y mordiendo el extremo deshilachado de la soga.
Tanto uno como otro de los acosadores, no son leones porque no les sube el rabo sobre el lomo como es habitual en el románico, cosa que sí hacen la pareja de leones próxima, que sujetan una bola y el resto de leones del templo.
El frente
del capitel, parece representar la caza del oso, a la izquierda, la fiera es
sujetada por los brazos y manos del cazador que lleva una soga alrededor. En el
centro un mastín, con orejas bien marcadas, que algunos confunden con un león,
se revuelve contra otro oso.
Frente a esta decoración, en el lado de la epístola, un capitel que encarna la lujuria.
Representa la encarnación del
infierno, con personas fornicando enredados y en el costado, los castigos de la
perdición, en el lateral del capitel. Está mezclado con "castellets",
contorsionista e itifálico. La coincidencia del falo sobre las nalgas del
saltimbanqui inferior no tiene ninguna connotación sexual, según el criterio de
los entendidos, más bien de escarmiento.
Todo el conjunto aderezado con decoración vegetal.
En la parte inferior de la cara occidental vemos a una mujer boca abajo; sobre ella, un hombre sujeta su enorme pene mutilado con la mano izquierda, mientras sostiene en la derecha un objeto cuadrado difícil de identificar.
Junto a ellos, otras dos figuras humanas, la de arriba, con una piña sobre su
cabeza, sobre los hombros de la otra, que por la toquilla podría ser otra
mujer, de cuyo sexo parece surgir una serpiente.
Destacan las
representaciones de los capiteles del arco triunfal algunos de dificultosa interpretación.
El capitel del exterior del lado del evangelio está decorado con hojas de distintas formas situadas unas sobre otras, apreciándose también lo que parecen flores o tal vez una bola.
El cimacio a su vez se decora con ovas que contienen hojas palmeadas y dos pequeñas cabezas antropoides.
En el
capitel central, del lado de del evangelio, aparecen dos figuras humanas, un
hombre y una mujer con falda, rodeados ambos por una serpiente, lo que hace
pensar en una representación de la tentación de Adán y Eva en el Paraíso. En
el cimacio, una cabeza posiblemente porcina de cuya boca salen tallos que
forman círculos, donde se aprecian unas bayas.
El que se
sitúa cercano a la cabecera es más complejo; hacia la nave se observan de nuevo
dos figuras humanas, en este caso ya vestidas, lo que ha llevado a pensar en
Adán y Eva una vez cometido el pecado original, ya expulsados del paraíso.
Junto a
ellos, en el frontal y en la cara hacia el presbiterio, cuadrúpedos con sus
cabezas juntas, que se han identificado con leones.
En los
cimacios, roleos u ovas que encierran algún tipo de flores que, en algunos de
ellos, recuerdan a flores de lis.
Ya en el
lado de la epístola, siguiendo el mismo orden, desde la nave hacia el interior
de la cabecera, encontramos el capitel que posiblemente sea el mejor trabajado;
presenta dos leones afrontados que sostienen una bola con una de sus
respectivas patas delanteras levantadas.
En el cimacio, hojas palmeadas en ovas y piñas.
En el capitel central de este lado aparecen dos aves, afrontadas y con las alas plegadas; junto a ellas, una mujer con los brazos cruzados sobre las rodillas y con las piernas abiertas mostrando una enorme vulva.
En el cimacio las repetidas ovas con hojas palmeadas y una cabeza zoomorfa.
Por último, en el más próximo a la cabecera, tres cuadrúpedos, tal vez leones, mucho menos trabajados en cuanto a los detalles y el relieve que los del otro capitel de este mismo lado de la epístola; los del frontal y la cara del presbiterio están afrontados.
La decoración del cimacio es vegetal, a base de tallos rodeados por ovas.
Bajo el arco triunfal del presbiterio hay un enterramiento, en cuya losa sepulcral se aprecian restos epigráficos de difícil lectura, destacan dos grandes arcos ciegos de medio punto, uno a cada lado, así como la mesa de altar románica, hecha con una gran losa achaflanada.
La bóveda que cubre este tramo es de cañón.
En el primer tramo de la nave, delimitado por las dos pilastras, hay unos bancos corridos; su parte superior está moldurada mediante tres franjas.
Este primer tramo tiene fábrica de sillería,
mientras que el resto de la nave ha sido levantada con mampuesto en su mayoría,
seguramente debido a las distintas intervenciones a lo largo de los siglos.
Es quizá el
templo más sencillo y pequeño de los templos románicos de la ciudad, aunque no
por ello, el menos reconocido.
Fue
declarado Bien de Interés Cultural, con categoría de monumento, por
Decreto de 3 de junio de 1931.
INFORMACIÓN
RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
http://soliloquiosenpenumbra.blogspot.com/2017/05/santiago-de-los-caballeros-zamora.html
https://romanicodigital.blogspot.com/2018/08/coda-la-caza-del-oso-en-santiago-el.html
https://www.romanicozamora.es/es/monumentos/ver/santiago-de-los-caballeros/8
https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_Santiago_El_Viejo
https://www.terranostrum.es/turismo/iglesia-de-santiago-el-viejo-zamora
https://www.asturnatura.com/turismo/iglesia-de-santiago-el-viejo-de-zamora/3362.html
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