MARAVILLAS DE CASTILLA Y LEÓN: ERMITA DE SANTA MARÍA DE TIERMES, MONTEJO DE TIERMES

Es un templo católico de estilo románico situado junto al YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE TIERMES (enlace a nuestra publicación), en la provincia de Soria.

La iglesia se construyó sobre el solar de una antigua basílica paleocristiana, se trata de un edificio de planta rectangular con ábside semicircular en su cabecera. Tiene una sola nave y dispone de galería porticada en el lado sur. Fue construida en el siglo XII.

Durante el siglo XII se construyó una iglesia de estilo románico y un monasterio, si bien el poblamiento de Tiermes perdió su importancia frente al núcleo de Caracena, constituido en sede de la comunidad de villa y tierra.

Se desconoce la fecha exacta de construcción de la iglesia, si bien existe una inscripción con la fecha de 1182 y el nombre de Domingo Martín. No se sabe si se refiere a la construcción de la iglesia, a la del pórtico o a la ejecución de alguna de las obras escultóricas.

Durante el siglo XVI, la zona se despobló y la iglesia se transformó en una ermita bajo la advocación de Santa María de Tiermes.

Dispone de una única nave en cuya cabecera se encuentra un ábside semicircular. En el lado sur se encuentra una galería porticada.

La puerta de acceso se encuentra también en la fachada sur, protegida por el pórtico.

Está formada por tres arquivoltas de medio punto en gradación. La central está decorada con una moldura en forma de bocel y una escocia con motivos florales y de frutos, que se apoyan en dos columnas, de fuste muy corto, porque ha subido el nivel del suelo con el paso de los siglos y han quedado parcialmente ocultas.

Sus capiteles son historiados, pero con una factura muy tosca. El del lado izquierdo representa el Pecado Original. Vemos a Adán y Eva a ambos lados de un árbol cargado de frutos y en el que se enrosca la serpiente.

En el lado derecho vemos a Daniel en el foso de los leones.

La galería porticada tiene cinco vanos, dos accesos, uno por el sur, a través del vano central, que no se encuentra alineado con la puerta de acceso a la nave, y otro por el este.

PUERDA DE ACCESO AL PORTICO POR EL ESTE

PASO DE ACCESO AL PORTICO POR EL SUR.

Las arcadas son de medio punto y descansan sobre columnas geminadas, las cuales se apoyan en un podio. Se encuentran separados por machones. Sus capiteles, en número de doce, son, junto con la decoración escultórica de la fachada sur, lo más reseñable del conjunto.

En ellos, se encuentran representados temas habituales de la iconografía del románico, como motivos vegetales y geométricos, un motivo de encestado o nido de abeja derivado del MONASTERIO DE SILOS (enlace a nuestra publicación), animales fabulosos, como sirenas, grifos y centauros, y escenas bíblicas, bélicas o de caza.

Una imposta biselada discurre por toda la galería y se integra con los cimacios de los capiteles. Existe la hipótesis de que el pórtico fue desmontado y vuelto a montar en algún momento de la Edad Moderna. Un capitel que perteneció a la ermita está actualmente en el Museo de la CATEDRAL DEL BURGO DE OSMA (enlace a nuestra publicación).

Si describimos los arcos de este a oeste, el capitel del lado derecho está decorado con una escena de caza del jabalí. La bestia es atacada por dos perros: uno que le muerde las patas y el otro las orejas.

A ambos lados encontramos tres personajes. Uno sostiene una lanza, otro hace sonar el olifante o cuerno, mientras que el tercero clava la lanza al animal. Hay un cuarto personaje vestido con túnica corta que lleva una pequeña lanza.

En el capitel que hay delante se representaron dos grifos enfrentados en la cara central, mientras que en las laterales vemos pequeñas aves que picotean frutos de unos árboles.

En el capitel más oriental del muro sur encontramos un capitel vegetal, con dos registros de hojas, que encuadran los adornos del lado sur del soportal.

El siguiente tiene representada la Resurrección de Cristo. Desgraciadamente este es uno de los capiteles que se destruyeron parcialmente para ubicarlos en la nueva galería y por tanto hemos perdido parte de su iconografía.

En la cara principal que hoy podemos contemplar se ven a seis soldados con cota de mazo y yelmo, que llevan lanzas y espadas y parece que se vayan a caer al suelo.

En el lado norte están representadas las Tres Marías, que iban a visitar el sepulcro, que se representaba en la cara eliminada.

También el capitel occidental del segundo arco fue mutilado. Vemos a seis personajes vestidos con túnicas, que llevan filacterias. Se encontramos distribuidos en parejas en actitud de conversación. Por este motivo se cree que formaban parte de un apostolado.

Delante tiene un capitel de tipo vegetal.

En el arco de entrada vemos cuatro parejas de personajes de difícil interpretación.

Uno de ellos parece ser una mujer, pues lleva velo. Tres de las parejas están hablando entre sí. En la cara norte vemos a un personaje que le tiende la mano a otro.

En el capitel opuesto hay una lucha entre un caballero cristiano y un musulmán, muy deteriorados.

En el siguiente arco encontramos un doble capitel de decoración en forma de cesto.

Frente a él, vemos un capitel donde se representó a un león entre dos centauros.

En el último arco podemos ver un capitel con un centauro que dispara sus flechas contra unas arpías. Este capitel también fue mutilado.

El último presenta una decoración vegetal, del mismo estilo y forma que la la primera del lado este, que ratifica el encuadrado del lado sur del pórtico.

En el interior de la galería y en una hornacina se ubicaron tres estatuas en el momento de la reconstrucción del porche. Las tres han perdido la cabeza. En el momento de nuestra visita solo se percibían las siluetas de las imágenes, desconocemos el motivo de su variación, quizás por restauración, o cambio de ubicación. En esta página web, una de las cuales hemos recogido toda esta información, puedes ver fotos y allí también se indica que: todas ellas visten túnicas y mantos de pliegues escalonados, llevan filacterias o tienen inscripciones que nos permiten conocer el momento en que fueron hechas y por orden de quién o por quién: 1182, D (omi) NIC (os) MARTIN (os) ME FECIA (t). Que podemos transcribir como: «Dad y se os dará. Domingo Martín me hizo. Año de 1182».

También se ve decoración en las ménsulas en las que descansa las cornisas del ábside y del presbiterio. Podemos ver diferentes motivos esculpidos como elementos vegetales, entrelazados,...

...un acróbata,...

...un hombre leyendo un libro,...

...un músico tocando el rabel,...

...un ave con una serpiente en su pico,...

...o lo que a mi parecer, podría ser un guerrero sobre su caballo, portando escudo muy erosionado.

Otras bestias, y alguno completamente repicado.

Esta compleja y variada iconografía continúa en los canecillos que sostienen las cornisas, modificadas por la construcción de las distintas cubiertas de madera que ha tenido el templo a lo largo de los siglos.

Actualmente colocadas de forma bastante tosca.

Desde la época visigoda, la zona fue escenario de enterramientos. A partir del siglo XI y hasta el XV, la zona de enterramientos se trasladó al exterior del templo. Se trataba de tumbas orientadas de oeste (cabecera) a este (pies), de lajas o utilizando sarcófagos.

Vemos esa al norte, donde se aprecian los restos de una pequeña entrada tapiada y otra que pudiese ser de ingreso a la sacristía, probablemente sobre la base de una torre campanario, del siglo XII.