MARAVILLAS DE CASTILLA Y LEÓN: CAÑÓN DEL RÍO LOBOS, UCERO

La puerta natural de acceso al parque natural del Cañón se encuentra en la villa de Ucero, en la comarca de Tierras del Burgo, amparado por el castillo medieval a cuya sombra se asienta.

El señorío de Ucero perteneció en el siglo XIII a Juan García de Ucero, esposo de María de Meneses, quien lo heredó y como no tuvo descendencia de este, se lo adjudicó a la hija ilegítima que tuvo con el rey Sancho IV de Castilla, Violante Sánchez de Castilla, pasando a ser señora de Ucero, a la vez que de Oimbra y Villamartín de Valdeorras, entre otras villas.

Después de enviudar de Fernando Rodríguez de Castro, señor de LEMOS y SARRIA, profesó como religiosa en la Orden de Santiago, a la que entregó todas sus posesiones en 1327, siendo protectora y superiora del monasterio de Sancti Spiritus de Salamanca.

Por discrepancias con el obispo de Osma, Juan Pérez de Ascarón, que reclamaba la posesión del señorío de Ucero que pertenecía legalmente a ella por la herencia de su madre y había sido ocupado y retenido ilegalmente por dicho obispo, desde que aquel lo compró de manera simbólica, el 23 de mayo de 1302. Pero a pesar de lo anterior, Violante continuó considerándose propietaria del señorío y en 1327 lo donó, junto con el resto de sus posesiones, a la Orden de Santiago, a pesar de que el señorío de Ucero perteneció desde 1302 definitivamente a los obispos de Osma.

El río Lobos es el eje del cañón del mismo nombre y causante de la erosión que le ha dado forma. Nace en la provincia de Burgos, aunque discurre principalmente por la provincia de Soria. Confluyendo en el Duero, en el Burgo de Osma.

Morfológicamente se trata de una profunda grieta excavada en las calizas mesozoicas del cauce fluvial, que ha dejado a la vista enormes paredones de varias decenas de metros de elevación.

Este corte es fruto de una doble erosión: la debida al desgaste del propio río y la debida a la disolución de la roca por el agua. El hundimiento del lecho se ha producido al ceder las grutas que previamente había excavado el agua.

Este desplome ha dejado las zonas cóncavas que se pueden ver, teñidas por los óxidos, en las paredes del cañón.

Toda el área es un inmenso karst con muchas cuevas y simas, además de sumideros. El sistema de aguas subterráneas y acuíferos es muy completo.

Su interior se ha erigido en un espacio propicio al desenvolvimiento de diversas especies animales que han encontrado en él un hábitat adecuado. Las de mayor presencia son las aves, y entre ellas las rapaces como el alimoche, el halcón, el águila, el azor y el búho real, y predominantemente el buitre leonado, que puebla las cornisas de las rocas y oquedades, que se mantiene en permanente vuelo por la bóveda virtual del cañón.

La actividad por excelencia del cañón, es el senderismo. En él se exploran varias rutas, La más recorrida es la PR-SO-BU-65, senda del río, que recorre el cañón en su totalidad de unos 25 km de longitud. Además, el parque está cruzado por dos rutas de Gran Recorrido: la GR-86, Sendero Ibérico Soriano, y la GR-86-2, Variante de San Leonardo y varias Rutas de Pequeño Recorrido: la PR-SO-03, ruta de las Sabinas; la senda al pico de Navas, la PO-BU-05, Senda Hontoria; la PR-SO-06; la PR-SO-46, El Torcajón; la PR-SO-47, Tres cruces; la PR-SO-49, cañada Real de la Merinas; la PRC-SO-66, senda del castillo y la PRC-SO-67, ruta de las Gullurías. Hay también 8 sendas que realizan recorridos dentro del espacio protegido.

La zona más visitada del parque natural del río Lobos es el entorno de la ermita de San Bartolomé.

Esta área se encuentra a 3,5 km de la entrada desde la Galiana,...

... en la explanada que se extiende frente a la Cueva Grande, con pinturas rupestres, datadas en la Edad del Bronce que corroboran su antigüedad,...

... bajo el mirador del Ojo del Diablo.

La ermita de San Bartolomé es una construcción medieval y una de las numerosas variantes del Camino de Santiago pasaba por aquí.

El cañón del rio Lobos ha sido uno de los itinerarios más protegidos que usaban los peregrinos para enlazar con el camino francés a Compostela.

Lugar muy vinculado a La Orden del Temple, hasta el punto de otorgarle su construcción, no obstante en la actualidad no existe ningún documento que lo corrobore, aunque si muchos indicios que lo justifiquen.

Su leyenda proviene de su ubicación, uno de los centros mágicos de la península.

Según la tradición, el apóstol Santiago, montado en su caballo, saltó desde lo alto de una de las crestas del cañón. Dependiendo de la versión, su espada cayó al suelo y quedó clavada en el lugar donde luego se edificó el templo, otra cuenta que fueron los cascos de su caballo los que marcaron el lugar al caer.

Fuese como fuese, el enclave posee un gran aro telúrico, algo buscado en las construcciones templarías.

Es equidistante entre los dos puntos más septentrionales de la geografía peninsular, el cabo de Creus y Finisterre, que descifró el estudioso del mundo templario, Juan García Atienza.

Aunque una inexactitud descubierta gracias a los GPS, situando esta equidistancia desde el cabo de Creus punto más oriental de la península ibérica, y el cabo de Touriñán que es el punto más occidental, distando uno y otro 527km de la ermita de San Baudelio. Trazando dos rectas que unan ambos cabos al punto señalado de la ermita. Y si cortamos de norte a sur, el plano de la península por una línea paralela, descubrimos que se forma la figura de pata de oca, distintivo templario, mostrando el lugar como el ónfalo, o centro del mundo.

El porqué de su situación, además de las manifestaciones simbólicas en piedra de todo el templo, hace pensar en su carácter templario.

Símbolos como el nombre del rio, que conserva en uno de sus canecillos, el lobo era un grado iniciático en las cofradías medievales de canteros y símbolo de la luz para la tradición griega. El santo al que está dedicado, San Bartolomé con su piel en las manos, en referencia a la serpiente que muda la piel como metáfora del conocimiento.

SAN BARTOLOME, SIGLO XVIII.

Los pentáculos invertidos formados con corazones, referencias sufistas y alquímicas traídas de Tierra Santa, el crismón de los 'mil caminos a Santiago', la pata de oca, de la cofradía de constructores 'Hijos del Maestro Jacques' o el pulpo, relacionado astrológicamente con el solsticio de verano y que hace referencia al número 8 por sus ocho brazos que es el número del infinito, o el búho, único animal que puede ver de noche que representa la sabiduría.

EL BUHO

ADAN

CRISMON

EL SOL Y LA LUNA.

EL PULPO

CRUZ QUE COBIJA A UNA CRUZ

CUATRO CABEZAS DE PERSONAS FORMANDO UNA CRUZ

CABEZA DE UN LOBO, uno de los grados iniciáticos de los canteros

LA LETRA H, según el ocultismo, se corresponde con el hermafroditismo, con Hermes y con Hiram, el maestro constructor del templo de Salomón. No olvidemos que el origen de los templarios se encuentra en el Templo de Salomón. Es por tanto una letra muy representativa en el mundo iniciático

HOMBRE CON UN TONEL

GEMINIS

DAMA NOBLE

MÚSICO DE VIENTO, ITIFÁLICO,GAITEIRO.

CARA CON MUECA GROTESCA

ROSTRO DE BARON.

Todo ello indica el carácter iniciático del templo.

Hay otro gran sello templario en el interior de este templo, el simbolismo numérico tan apreciado en el esoterismo occidental desde Pitágoras, se encuentra plasmado en San Bartolo de forma reiterada. Y, por si esto fuera poco, y para despejar toda duda que hubiera acerca de la adscripción templaria de San Bartolo, en el primer capitel interior de la izquierda de la puerta de entrada se encuentra labrada la más criptográfica de las cruces templarias, la "Cruz de las Ocho Beatitudes", que se halla dentro de un círculo rodeado de rombos, motivo geométrico utilizado por el temple.

o la Losa de la Salud sobre la que en ciertos días del año la luz incide, tanto la luz del sol, como la de la luna.

Situada en la entrada de la capilla de la Virgen de la Salud.

La losa recibe el nombre de la "Piedra de los Caballeros" y la tradición cuenta que cuando es iluminada por la luz que entra por el rosetón la persona que se coloque sobre ella puede ser curada de sus dolencias.

Situada en el brazo norte del crucero donde se vislumbran antiguos enterramientos también en el la capilla del brazo sur.

También se observan restos de antigua policromía.

Repleta de marcas de cantería encontramos el báculo del mago o la vara de las varas, que también advierte en la ermita de SANTA MARÍA DE EUNATE y en la Capilla Rosslyn, ambas templarías, la piedra inicial, porque el maestro constructor utiliza una vara con la que mide el sol, mide la luna, el movimiento y es con estas medidas construye el templo.

Por lo tanto cabe sospechar que ellos son los artífices de la construcción.

La primera cita documental de Ucero es de 1157, lo que hace suponer que en esta fecha los monjes templarios debían ocupar ya la ermita de San Bartolomé, que debió pertenecer a la iglesia del convento templario de San Juan de Otero en el castillo próximo, tal y como afirmaba el historiador de la diócesis, Juan Loperráez, en 1788.

La primera documentación en la que se hace referencia a la existencia de esta ermita, como tal es de 1477.

Este entorno geológico en suma con su fauna y flora, hace del Cañón del Río Lobos un lugar de visita obligada para los que disfruten de la naturaleza y la historia.