ALCÁZAR, SEGOVIA

Segovia es una ciudad llena de historia, ¡y sus monumentos son un festín visual para cualquier viajero! De todos ellos, hay uno cuya imagen  ha dado la vuelta al mundo: su majestuoso ALCÁZAR: uno de los castillos medievales más famosos del mundo​ y uno de los monumentos más visitados de España.

Este singular castillo con apariencia de palacio de cuento de hadas, aglutina gustos arquitectónicos de distintos monarcas y relata historias palaciegas a todos aquellos que se acercan a conocerlo. Austero, como lo eran los reyes castellanos, su imponente perfil se levanta, majestuoso, sobre el valle del Eresma y es símbolo de la Ciudad vieja de Segovia, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 1985. Su bella Torre del Homenaje, a menudo comparada con la proa de un barco navegando entre los ríos, es de una belleza impresionante. Es tal su belleza, que ​ su contorno esbelto y elegante fue en el que se inspiró​ Walt Disney para el castillo de ''Blancanieves y los siete enanitos''.

En su milenaria existencia, el Alcázar ha sido castro romano, fortaleza medieval, palacio real, custodio del tesoro real, prisión de estado, ​ Real Colegio de Artillería y Archivo General Militar.

Su existencia está documentada ya desde principios del siglo XII, poco después de que Alfonso VI de León reconquistase la ciudad. Durante toda la Edad Media el Alcázar se convirtió en una de las residencias favoritas de los reyes castellanos. Por sus estancias han pasado veintidós reyes, además de algunos de los personajes más destacados de la historia. Fue residencia del rey Alfonso VIII. En 1258, reinando Alfonso X, se hundió el palacio cuando el rey se encontraba en su interior. Este núcleo más antiguo corresponde con la sala de armas. Este mismo rey convocó Cortes en 1256, las primeras que tuvieron lugar en el Alcázar. El acceso al trono de la monarquía Trastámara supuso para el Alcázar de Segovia un nuevo impulso en todos los ámbitos: arquitectónico, institucional, político y simbólico. Con dicha monarquía, el Alcázar se constituyó en un auténtico palacio, de él salió Isabel la Católica el 13 de diciembre de 1474 para ser proclamada Reina de Castilla en la Plaza Mayor de Segovia. El Alcázar había pasado de su estricta función militar, a ser un gran edificio institucional donde se custodiaba el tesoro regio, el archivo del reino y la armería real. Manteniéndose la Corte ahí hasta el reinado de los Reyes Católicos. Fue numerosas veces restaurado y ampliado, posiblemente desde Alfonso X hasta Felipe II. Sin embargo, la Casa de Austria (1516-1621) apenas utilizará el edificio. No obstante, aún tendrá un papel relevante en dos momentos: la Guerra de las Comunidades (1520-21) y la boda de Felipe II con Ana de Austria (1570). A este último rey se debe su aspecto actual, su silueta de cubiertas con agudos chapiteles de pizarra que lo hace único entre los castillos españoles.

Tras la instalación de la Corte en Madrid, el Alcázar perdió su condición de residencia real y pasó a convertirse, durante más de dos siglos, en prisión de Estado. En 1764, el Rey Carlos III fundó el el Real Colegio de Artillería, la academia militar en activo más antigua del mundo, la cual se instaló en el Alcázar hasta que el día 6 de marzo de 1862 un pavoroso incendio destruyó las techumbres y dañó la estructura. La restauración se inició en 1882, y en 1896, una vez concluida la obra de fábrica, el Rey Alfonso XIII, y en su nombre la Reina Regente María Cristina, entrega el Alcázar al Ministerio de la Guerra con destino exclusivo al Cuerpo de Artillería. En 1898 se instala, en la parte superior del edificio, el Archivo General Militar, donde actualmente continúa. En 1951 se crea el Patronato del Alcázar  con la finalidad de atender a la conservación del edificio.

Para visitar este singular monumento segoviano tenemos que dirigirnos a un espacio majestuoso, a la par que acogedor y evocador, manteniendo la esencia de aquel lugar que inspiró a viajeros románticos, a los primeros fotógrafos e incluso a Antonio Machado para componer algunos de sus más célebres versos:

En un jardín te he soñado,
alto, Guiomar, sobre el río,
jardín de un tiempo cerrado
con verjas de hierro frío.

Es la hermosa PLAZA DE LA REINA VICTORIA EUGENIA, uno de los espacios más singulares y pintorescos de Segovia, no solo por su enclave privilegiado, por su entorno natural o por su rico pasado, sino por constituir el espacio físico de unión entre la ciudad y su Alcázar. Testigo mudo de la historia, este espacio protagonizó acontecimientos cruciales para el devenir de España: el sitio del Alcázar durante la guerra de las Comunidades, la lección inaugural del Real Colegio de Artillería o los ensayos previos al primer vuelo en globo militar de la historia, por citar algunos de los más destacados. Su aspecto actual es el resultado de una serie de actuaciones iniciadas por Felipe II en el siglo XVI y que culminaron con la restauración efectuada por el Patronato del Alcázar en el año 2021. En tiempos anteriores albergó diversas edificaciones, entre las que destacó la antigua catedral románica de Santa María, destruida tras la Guerra de las Comunidades.

Aquí, además de poder disfrutar de unas extraordinarias vistas y contemplar algún grupo escultórico, en 1792 se inauguraba la llamada CASA DE LA QUÍMICA, el más bello edificio neoclásico de la ciudad, diseñado por Sabatini para acoger el laboratorio de química del Real Colegio de Artillería y separado del Alcázar por temas de seguridad. Actualmente allí se ubican las taquillas, el punto de información turística, la cafetería y diversas oficinas administrativas del Alcázar de Segovia. 

Ya con nuestra entrada, nos acercamos a la imponente fachada del Alcázar en la que destaca la muy bella TORRE DE JUAN II, construida entre 1440 y 1465 y considerada un gran ejemplo de la arquitectura gótico-civil española.

Se asienta sobre una torre anterior del siglo XIII de la que se conserva un ventanal mudéjar de influencia almohade. Sus impresionantes 80 metros de altura se dividen en tres pisos gracias a tres líneas de impostas. Está decorada exteriormente con motivos circulares esgrafiados y rematada con almenas, algunas de ellas decoradas con los escudos de Castilla. Tenía como misión defender la fortaleza de cualquier ataque desde la ciudad. Esta torre fue empleada como prisión de Estado, al igual la Bastilla o la Torre de Londres y fue un símbolo de la potestad absoluta de la monarquía hispánica, con una singular nómina de ilustres presos, que fueron recluidos en el recinto más protegido y seguro de la fortaleza. Sirviendo como de zócalo a la fachada del Alcázar, se extiende a lo largo de todo el frente una terraza amurallada: es la Galería o TERRAZA DE MOROS, así llamada porque sobre ella hacía centinela la guardia mora de Enrique IV.

Para acceder al castillo, es necesario cruzar un FOSO defensivo de 26 metros de profundidad. Este foso, que siempre fue seco, antiguamente se cruzaba mediante un puente levadizo, pero ahora se atraviesa mediante un puente de piedra construido durante el reinado de Felipe II y un pequeño tramo con una pasarela de hierro.

Iniciamos el recorrido interior (semi-accesible en silla de ruedas) en el PATIO DE ARMAS, construido en granito y reformado completamente en tiempos de Felipe II. Lo ejecutó Francisco de Mora, el discípulo de Juan de Herrera, a finales del siglo XVI. Tiene tres zonas arcadas en lugar de cuatro, algo típico en la arquitectura segoviana. Las del lado derecho conservan vestigios del viejo Alcázar medieval, de estilo románico, de principios del XIII. Y en el centro de la fachada del lado de la entrada hay restos góticos. Todos ellos aparecieron en las últimas restauraciones. Por último, el escudo de armas, en el centro del muro de la crujía sur, se hallaba sobre la entrada principal del Alcázar.

En el Alcázar podemos contemplar diferentes salas correspondientes a distintas fechas de la construcción del Palacio: 

Así, desde el patio de armas se acceda a la SALA DEL PALACIO VIEJO (1), también conocida como Sala de Ajimeces por las ventanas geminadas que daban luz al primitivo palacio, Dichas ventanas se abrían entonces a una terraza que, cubierta luego, se convirtió en la Sala de la Galera. 

Esta fue la sala principal del antiguo Alcázar: un gran espacio rectangular que constituía la sala principal del llamado Palacio Mayor de la vieja residencia de la dinastía de los Borgoña, escenario de las celebraciones festivas de la corte. Es una de las más antiguas del Alcázar, remontándose su comienzo al siglo XII con el rey Alfonso VIII. Esta sala es, por tanto, una de las que se corresponden con el primitivo Alcázar. Actualmente alberga, además, una impresionante composición de caballos y caballeros, enjaezados y armados para torneo con magníficas armaduras de acero, así como otras variadas armaduras de distinto tipo y repartidas por la sala, cedidas todas ellas por la Fundación Lázaro Galdiano.

Las ventanas disponen en sus zócalos de curiosas pinturas mudéjares que representan grandes aves, semejantes a avestruces y algunos restos de pinturas mudéjares de color rojo sobre fondo blanco, conocidas como lacerías. Estas pinturas son testimonio de la organización original de la estancia y del gusto de los monarcas castellanos por la ornamentación islámica.

La visita nos lleva ahora a la SALA DE LA CHIMENEA (2), que se corresponde a la ordenación del Alcázar en tiempos de Felipe II y contiene un espléndido mobiliario del siglo XVI. En las paredes se pueden contemplar, entre otros, un  tapiz flamenco del siglo XVI con el tema de los desposorios de Nuestra.

Pasamos a la preciosa SALA DEL SOLIO (3), también llamada del Trono, realizada bajo el reinado de los Trastámara, por una portada que conserva intacta su decoración mudéjar original.

Cubre la estancia una armadura ochavada, similar a la destruida por el incendio, que fue labrada en 1456. Por debajo se encuentra un ancho friso de yeso que mantiene su decoración original a pesar de los estragos del incendio.

Los tronos bajo dosel con el blasón de los Reyes Católicos y su divisa «Tanto monta» son obra de principios de siglo. En las paredes se encuentran los retratos de los mismos reyes, que forman parte de la iconografía de reyes encargada por la reina Isabel II. El retrato de la reina Isabel está firmado por Madrazo y el de don Fernando por Montañés.

La vidriera del ventanal representa a Enrique IV de Castilla y es obra del artista segoviano Carlos Muñoz de Pablos, también autor de las vidrieras que se pueden contemplar en las demás salas.

Le sigue la anteriormente mencionada SALA DE LA GALERA (4), construida por la reina Catalina de Lancáster en 1412, durante la minoría de su hijo Juan II de CastillaOriginalmente, se llamaba Sala de Embajadores y era el lugar en el que los invitados esperaban para tener audiencia con la realeza. Según las crónicas y los viajeros, era la sala más hermosa del Alcázar y se encontraba cubierta por «la más espléndida armadura del palacio», de madera dorada y policromada, de factura muy similar a la que luce la capilla mayor de la iglesia conventual de Santa Clara de TORDESILLAS (enlace a nuestra publicación).

Recibe su nombre del antiguo artesonado que tenía la forma de casco de barco invertido, desaparecido durante el incendio del 6 de marzo de 1862. El Patronato del Alcázar llevó a cabo la reconstrucción de este en el año 2000. La armadura, de cinco paños ejecutada en madera de cedro y el dorado del conjunto requirió un total de cuatro kilos de oro, aplicado en finísimos panes, dentro de una paciente y minuciosa labor de artesanos y especialistas, a lo largo de varios meses.

El friso, parte original del conjunto superviviente del incendio, es mudéjar de yeserías con una doble inscripción: la superior con una oración eucarística y la inferior con datos sobre la ejecución de la sala.

En el muro sur se puede contemplar la conformación de la fachada norte del Palacio Viejo, ahora Sala de Ajimeces, antes de adosársela la crujía de la galera.

Uno de los muros está decorado con una pintura, obra de Muñoz de Pablos, que representa la proclamación de la reina Isabel la Católica como reina de Castilla y de León en el atrio de la antigua iglesia de San Miguel de Segovia, un momento clave en la historia de España. El mural muestra a Isabel la Católica de pie, rodeada por personajes importantes de la época. El color blanco del vestido de Isabel el que acentúa su protagonismo en la obra.

En los ventanales se encuentran dos vidrieras de Muñoz de Pablos que representan a Enrique II el de las Mercedes, fundador de la dinastía de Trastámara, rama bastarda de la casa de Borgoña, y a Enrique III el Doliente, nieto del anterior.

Así mismo, asomándonos al balcón tenemos una espléndida visión de otros dos monumentos muy destacados en Segovia, la IGLESIA DE LA VERA CRUZ (enlace a nuestra publicación), y el cercano monasterio de Santa María del Parral.


Avanzamos hacia la SALA DE LAS PIÑAS (5) mandada construir por Enrique IV, toma su nombre de la peculiar decoración del artesonado con 392 motivos que asemejan piñas.



En el friso pueden observarse ángeles portando el escudo de armas de Castilla y León.

La vidriera, de Muñoz de Pablos, representa a Alfonso VIII.

A continuación, accedemos por una de las portadas neomudéjares que reproducen las existentes en el palacio que Enrique IV tenía en el barrio de San Martín de Segovia, a la CÁMARA REGIA (6), la habitación privada del rey.


En sus muros pueden observarse escenas de la vida en familia de los Reyes Católicos. La cama que preside la estancia tiene una cubierta de brocado tejida en oro.

Nos adentramos ahora en la deslumbrante SALA DE REYES (7), en cuyo friso se encuentran representados 52 reinas y reyes de los antiguos reinos de Asturias, León y Castilla. La ordenación actual corresponde a un proyecto de Hernando de Ávila realizado por orden de Felipe II.

Hasta el reinado de ese monarca había 42 reyes representados de las 56 figuras que fueron finalmente talladas y cada figura incorporaba a sus pies su inscripción correspondiente. Estos letreros podrían ser los que aparecen en un catálogo del Archivo de la CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA (enlace a nuestra publicación).

URRACA I

Alfonso I el Batallador; URRACA I; ALFONSO VII; SANCHO III (enlaces a nuestras publicaciones).

Alfonso VIII; Enrique I; FERNANDO II (enlace a nuestra publicación).

ALFONSO IX (enlace a nuestra publicación); Berenguela; Fernando III; Alfonso X.

SANCHO IV (enlace a nuestra publicación); Fernando VII; Alfonso XI.

Pedro I; ENRIQUE II; Juan I; ENRIQUE III (enlaces a nuestras publicaciones).

JUAN IIENRIQUE IV (enlaces a nuestras publicaciones); Fernando IIIsabel I.

Juana I; Don Pelayo; Favila; Alfonso I.
Adosinda; Alfonso II; Mauregato; Bermudo I.

Ordoño II; Fruela II; ALFONSO IV; RAMIRO II. (enlaces a nuestras publicaciones).

ORDOÑO IIISANCHO I; RAMIRO III; BERMUDO II (enlaces a nuestras publicaciones).

ALFONSO V; BERMUDO III; FERNANDO I; SANCHA I (enlaces a nuestras publicaciones).

Sancho IIALFONSO VI (enlace a nuestra publicación).

En unas hornacinas sobre las puertas se incluye a los héroes castellanos Fernán González y el Cid Campeador; así como a RAIMUNDO DE BORGOÑA (enlace a nuestra publicación) y Enrique de Lorena.

La reconstrucción actual de la serie real es obra del escultor segoviano Ángel García Ayuso, hecha en 1973 y la del techo fue diseñada por José Luis Santos Abad, gracias a la existencia de grabados realizados por José María Avrial y Flores en 1839.

La siguiente estancia es la SALA DEL CORDÓN (8), que recibe el nombre por el cordón franciscano que adorna sus muros y que, según la leyenda segoviana, fue encargado por la reina Violante como lección de humildad para su esposo Alfonso X el Sabio. 

Al parecer, su sabiduría y soberbia eran parejas, y llegó a afirmar que Dios hubiera hecho bien en pedirle consejo antes de crear el Universo. Fray Antonio de Segovia le suplicó que confesara su pecado, pero El Sabio, orgulloso, se negó. Entonces se desató una terrible tormenta, y un rayo atravesó las estancias reales, matando a varios cortesanos. Fue entonces cuando el monarca dio su brazo a torcer y cumplió su penitencia; su mujer aprovechó para encargar el friso, un amuleto encargado de calmar la habitual ira de su esposo.


Pasamos al TOCADOR DE LA REINA, que fuera el despacho del General Director de la Academia de Artillería. Aquí se cree que comenzó el incendio que devastó el Alcázar a finales del siglo XIX. La VIDRIERA representa a Alfonso VI, que reconquistó y mandó repoblar Segovia, y al primer obispo de la ciudad tras la reconquista, Pedro de Agen.


A esta sala se abre la CAPILLA (9) donde se celebró la misa de velaciones de Felipe II con Ana de Austria. En ella se conserva el cuadro de “La Adoración de los Reyes Magos” de Bartolomé Carducho (1600) que se salvó del incendio de 1862.

Durante una nueva restauración de la capilla realizada en 1961, se colocó la actual armadura mudéjar de finales del siglo XV, traída pieza a pieza de la iglesia segoviana de Cedillo de la Torre. La decoración es a base de estrellas de dieciséis puntas, pero con un poco de imaginación asemejan colas de pavos reales abiertas.

A modo de reliquia, se conservaba también una silla de madera antigua en la que dio la primera audiencia la reina doña Isabel en este real Alcázar.

Procedente de la localidad vallisoletana de Viana de Cega se encuentra en la capilla, un magnífico retablo hispano-flamenco de principios del siglo XVI, atribuido al Maestro de Portillo, para la Cartuja de Aniago.

No menos interesante es el retablo de Santiago, también procede de al localidad vallisoletana de Megeces, una obra del siglo XV, trabajada en estilo popular.

Desde la capilla nos asomamos a la TERRAZA DE LOS REYES O DEL POZO, nombre que recibe porque debajo se sitúa el aljibe que almacenaba el agua en caso de asedio. Es en este depósito de agua donde termina el canal del ACUEDUCTO DE SEGOVIA que atraviesa gran parte de la ciudad desde tiempos romanos.

Desde este espacio, que conforma el famoso y poético perfil de proa de barco con el que se identifica el Alcázar, disfrutaremos de unas preciosas vistas. 



Entre ellas, las del JARDÍN ALMOHADE, situado en un nivel inferior, junto al revellín. Data del año 2000 y fue diseñado por Herranz Cano siguiendo los patrones del techo de la Sala de la Galera.

También de la TORRE ALBARRANA, torre defensiva que también se utilizó para captar agua del arroyo Clamores mediante el sistema hidráulico basado en la espiral de Arquímedes.

Y como no, la su impresionante TORRE DEL HOMENAJE, otra de las zonas más antiguas del Alcázar, pues se construyó en el siglo XIII, aunque también se vio modificada en etapas posteriores. Fue en tiempos de Felipe II cuando tomó la fisonomía definitiva que nos ha llegado hasta nuestros días.

La planta baja de esta torre está ocupada por la SALA DE ARMAS O REAL ARMERÍA (10), sala que refleja el estilo castrense del Alcázar y cuenta con una bóveda de cañón apuntado y dos ventanas geminadas. Guarda una gran cantidad de piezas de armadura, espadas, lanzas, alabardas, morteros, culebrinas y bombardas, así como antiguas banderas con heráldica de armas de diferentes épocas.

El alcázar albergó desde sus inicios la armería de la Casa de Trastámara y fue el precedente de las colecciones de armas que finalmente se reunieron en la Real Armería de Madrid. También se encuentra en la sala una ballesta conocida como la ballesta de Carlos V, que se cree que perteneció al emperador y que se destaca por su riqueza ornamental y su semejanza con la que se ve en un cuadro de Lucas Cranach.

A esta sala se abre también la SALA DEL TESORO, cerrada con una reja de forja románica del siglo XII, procedente del palacio fortaleza segoviano conocido como la Torre de Hércules y concebida para colocarla en una ventana. De su custodia se encargaba el tesorero de la fortaleza que junto con el alcaide, eran sin duda los oficios más antiguos de cuantos han existido en Segovia, con su origen por los años de 1088. Hasta tiempos de los Reyes Católicos se guardaban los caudales del reino de Castilla y los títulos de propiedades del reino, conocido como el tesoro de los alcázares de Segovia. Las arcas de caudales solían tener varios cerrojos; por lo que era necesario que todas las personas con llave estuvieran presentes, al mismo tiempo, para poder abrirlas. Cuentan las crónicas que los últimos dineros que de aquí salieron, fueron los fondos para financiar, el primer viaje de Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Al morir la Reina Católica la mayor parte del tesoro regio se había perdido.

En la sala de Armas, pero al lado contrario, se abre otra puerta que nos lleva ahora al PATIO DEL RELOJ, así llamado por mostrar un reloj, hoy de sol, que sustituye al primer reloj mecánico que hubo en Segovia y que desapareció en el incendio de 1862. El ESCUDO DE CARLOS I que vemos bajo este, estaba situado en la puerta de San Martín de la muralla de Segovia, hasta que fue derribada a finales del siglo XIX. En él destacan los emblemas del Emperador. Por un lado, el águila bicéfala que representa la unión del sacro imperio romano germánico con la monarquía hispánica. Por otro, las columnas de Hércules con la leyenda latina "Plus Ultra"(más allá). Con él animaba a los exploradores españoles a navegar más allá del fin del mundo conocido, que la mitología romana situaba en el estrecho de Gibraltar.

Aquí resalta el ESGRAFIADO, unas piedrecitas negras que salpican los muros. Son escoria de hierro, elemento conocido como «moco de pavo» o «escoria de herrero». Tradicionalmente se ha utilizado en Segovia para decorar las fachadas de las casas. Lo verá en los muros exteriores. Cuando se ve en los muros interiores es porque en su momento formaban parte de la construcción exterior. Resulta interesante que la expresión «esto no es moco de pavo» parece tener su origen en este contexto arquitectónico, subrayando la relevancia de elementos que, pese a parecer insignificantes, son fundamentales para la integridad y estética de las fachadas esgrafiadas.

De vuelta al patio de Armas, podemos visitar las Salas del MUSEO DEL REAL COLEGIO DE ARTILLERÍA (11) donde se exponen documentos, maquetas, armas, y uniformes de los siglos XVIII y XIX.

Y como broche de oro para cerrar nuestra fascinante visita este interesante monumento, regresaremos a la Plaza de la Reina Victoria Eugenia, donde, reviviremos de nuestras anteriores visitas, la magia de este emblemático lugar, y nos despediremos con la promesa de regresar pronto, porque sabemos que siempre hay algo nuevo por descubrir en este rincón lleno de historia y encanto. ¡Hasta la próxima aventura!




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https://www.alcazardesegovia.com/

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https://oppidum.es/oppidum-18/opp18.11_martinez-ega%C3%B1a_la.sala.de.reyes.del.alcazar.de.segovia.pdf

https://secobia.com/2023/12/03/la-sala-de-los-reyes-en-el-alcazar/

https://oppidum.es/oppidum-12-pdf/opp12.10_martinez-et.alii_notas.para.una.historia.pdf

https://es.wikipedia.org/wiki/Alc%C3%A1zar_de_Segovia

https://www.terranostrum.es/turismo/alcazar-de-segovia

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3 comentarios:

  1. Una maravilla que no tengo la suerte de haberlo visto.... tengo que ir. Besos.

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    1. Segovia merece mucho la pena. Y ya no sólo la ciudad, sino que toda la provincia tiene mucho que ver. Teresa te va a encantar! Un abrazo muy fuerte!

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