MARAVILLAS DE CASTILLA Y LEÓN: ERMITA DE SAN BAUDELIO, CASILLAS DE BERLANGA

Esta ermita, considerada como la joya más original de la arquitectura de "estilo prerrománico" soriano, «La Capilla Sixtina del arte mozárabe», está ubicada en Casillas de Berlanga pedanía del Ayuntamiento de Caltojar, dentro de la Comarca de Tierra de Berlanga.

Sobre sus orígenes nada se sabe con certeza, la primera referencia conocida es del 1136, en la cual se hace mención a un monasterio construido por mozárabes junto a una gruta puesta bajo la advocación de San Baudelio, santo-mártir del siglo IV oriundo de Nimes (Francia), en tiempos visigodos.

La edificación se encuentra construida sobre un mirador de caliza, a la boca de una cueva que posiblemente sirvió para alojar a algún ermitaño al final de la antigüedad o Alta Edad Media. Esta cueva está situada al sureste del montículo, al lado de una fuente que aún mana agua, lugar característico, elegido por los ascetas, cerca de un manantial como alegoría al agua como fuente de vida. Hoy día la citada gruta se halla en el interior del templo, y de los restos del monasterio que pudiera haberse ubicado en este lugar nada queda.

Manantial.

La ermita de San Baudelio presenta una notable armonía entre arquitectura y decoración pictórica, si bien se estima que pueda haber una diferencia de ejecuciones próxima a los 100 años entre una y otra.

Entrada norte

Construida a finales del siglo XI por artesanos, posiblemente mozárabes. Su arabismo es indudable en el ábside y en la tribuna del templo.

Desde el interior del ábside

La tribuna

La separación entre la nave principal y el ábside se realiza por un arco de herradura, de estilo califal, con dos escalones para subir al sagrario, tras sobrepasar un banco corrido.

Este altar tiene una abertura de herradura con derrame interior, que es la encargada de iluminar el altar mayor.

La nave principal, está cubierta por una bóveda esquifada, formada por ocho arcos sobrepasados de piedra toba fraguada con yeso, que parten de una columna o pilar central, como si fuesen hojas de romera. Los nervios de esta palmera descansan sobre ménsulas, unas en los ángulos y otras en los intervalos de los muros, los cuales tienen más de un metro de espesor.

No hay que olvidar que la palmera es al árbol místico por excelencia, tanto en el mundo cristiano como en el musulmán. Es el árbol de la vida que une lo terrenal con lo celestial.

Este tipo de solución de la bóveda es bastante original para la época y para Hispania, claramente de influencia oriental. La nave principal ocupa un espacio relativamente grande y con un solo pilar o columna se resuelve la sujeción de la misma, en una bóveda que por otra parte es de piedra. En esta ermita no emplea la madera en ninguno de sus elementos.

En el centro de la columna, en la parte superior, hay ocho óculos, con arcos de herradura que dan a un compartimiento o cámara secreta muy pequeña, de unos 24cm de anchura, en cuyo interior queda un alojamiento cubierto con una cupulilla formada por ocho nervaduras entrecruzadas. La finalidad de esta cámara se ignora. Tal vez pudiera servir para guardar las reliquias de San Baudelio, las de algún anacoreta de la zona, o para guardar tesoros.

Cámara secreta

Detalle de la cupulilla de la cámara secreta.

La altura de esta cámara es de 2,10 metros aproximadamente. Hay que decir que desde la base de la iglesia en los pies de la palmera es muy difícil observar la existencia de ese hueco.

A los pies de la nave se encuentra una tribuna, espectacular e íntima a la vez. Se accede a ella, desde el exterior, por una puerta al efecto situada en la fachada occidental, siendo accesible en la fecha, a través de una pequeña y moderna escalinata que salva la inclinación de la ladera,...

... o desde el interior por una escalera de peldaños de piedra encastrados en la pared, es la única parte del templo que no estaba decorada.

Allí arriba destaca una pequeña capilla de planta cuadrada y de bóveda de medio cañón, posible espacio para la comunidad monástica, a modo de coro.

En el lado izquierdo se abre una ventana, también con arco de herradura.

Está apoyada sobre 18 columnillas con arcos de herradura y bóvedas escarzanas al interior.

En lugar de capiteles tiene ábacos cúbicos con basas toscas, el conjunto está dividido en cinco naves y tres tramos.

La parte baja de esta tribuna da acceso a una gruta natural que es el punto de origen de la ermita.

Entrada a la gruta.

Todo el conjunto está construido y distribuido según el sistema de proporción del número áureo, lo que hace especular que en algún momento pudiese pertenecer a la orden del Temple. Es fechable en torno a mediados del siglo XI y tiene cierta similitud con una mezquita de cinco naves. El piso del templo es el original y está excavado directamente en la roca.

El conjunto estaba cubierto en su totalidad de pinturas murales, desde la clave de la puerta de acceso en el lado norte, hasta la bóveda, excepto en la zona de la escalera interior que accede a la tribuna. Esos frescos que cubrían la totalidad de las paredes de la ermita están datados, a finales del siglo XII o principios siglo XIII. Su promotor seria Fortunio Aznárez, señor de Berlanga, en ese periodo oriundo del Valle del Boi, actual Lérida, que pertenecía por aquel entonces al Reino de Aragón, lo que hace que se pueda relacionar al taller de San Baudelio junto a los de Vera Cruz de Maderuelo y San Miguel de Gozman, con los artífices de las magníficas pinturas de Santa María de Tahull que son del siglo XII y una de las muestras más antiguas de pintura románica.

Recreación fotográfica, de como seria el templo en su origen.

Audioguía sobre las pinturas.

Apenas quedan unos restos de pintura al temple, ya que los originales fueron arrancados, fijados en lienzos y exportados en 1926 a distintos museos de Estados Unidos: Museum of Fine Arts de Boston, Indianapolis Museum of Art, Cincinnati Art Museum y Metropolitan Museum of Art de Nueva York (The Cloisters). Se habla del expolio de varias de las más importantes pinturas de la ermita, más no es del todo cierto, fueron vendidas a marchantes que las revendieron a diferentes museos americanos. Una parte pudo ser recuperada en 1957 y se exhiben en el Museo del Prado, constituyendo un depósito indefinido del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, que a cambio recibió el ábside de San Martín de Fuentidueña (Segovia). En este (enlace del Museo del Prado con información detallada de estas pinturas).

Por otro lado, la pésima conservación de la techumbre de la ermita, causó en su tiempo un irreparable deterioro a buena parte de las pinturas del techo y en 1965 se llevaron a término las obras de restauración de las que todavía quedaban en la iglesia y que no habían sido extraídas.

Hay dos fases pictóricas, pero de la primera sólo quedan escasos restos, las otras corresponden a la pintura concebida para el edificio y ejecutada en torno a mediados del siglo XII. Estaban realizadas al temple y con pocos colores, sobre un ligero enlucido de yeso y son obra de tres artistas que los estudiosos nombraron como Maestro de Maderuelo al que se le deben todos los temas decorativos de arquerías y bóvedas, las grandes escenas bíblicas y las pinturas del ábside.

A un pintor más modesto, las pinturas del interior del coro o tribuna.

Y al Maestro de San Baudelio, se le deben las escenas de caza, de la zona baja, que son las pinturas más primitivas. También la del cazador cazado, que aquí se deduce por carencia de la segunda parte de la escena, en la cual la liebre cazaría al cazador. Este gajo está orientado al norte geográfico que es el lado de la muerte.

En la capilla del ábside se descubre la iconografía de San Nicolás y San Baudelio.

Izquierda, San Nicolás de Bari

Derecha, San Baudelio.

Sobre el doble arco de herradura apenas se descubre decoración de hojarasca y círculos con cabezas de lobeznos de frente y de perfil y un círculo más grande en la clave con una Dextera Dei o la mano de Dios sostenida por ángeles.

Desde el interior de la nave.

Las representaciones de los muros laterales podrían ser la Virgen con San Gabriel a su derecha y un obispo u otro santo con otro arcángel en el izquierdo. Otros autores identifican la representación del lado del Evangelio con un "Noli me tangere", no me toques, palabras que Jesucristo dirige a María Magdalena después de su resurrección y del que todavía se aprecia la estampa, conformándose como el único episodio de la Vida de Jesús fuera de la nave, que se explicaría por estar relacionado de forma metafórica con el carácter significativo de la Eucaristía, con la intangibilidad del Cuerpo de Cristo. Además, comparte significado eucarístico con la ofrenda de Abel y Melquisedec. La parte más baja contaba con friso de cortinas figurado rematado con roleo vegetal similar al que también presentaba la nave de la iglesia.

Paloma saliendo hacia la luz, alusión al Espíritu Santo.

Distribuidas por lugares estratégicos de los muros, se encuentran una serie de cruces paté rojas propias de los templarios.

Así como imágenes muy características y típicas de los discursos místico y parabólico del medievo. Dibujos como: El camello o dromedario. Asociado este animal con el poder aristocrático, era un animal que estaba muy representado en el arte musulmán, y era muy admirado por los habitantes del mundo cristiano. Tal vez y aun cuando la zona de esta ermita ya estaba en manos cristianos, se quiso pintar este animal para crear una sensación de lujo como ocurría en el mundo musulmán. Esta figura estaba situada en el lado norte de la tribuna aneja a la columna central, que simbólicamente representa la humildad, ya que se arrodilla al recibir su carga.

Lebreles: Por su ubicación original, tendrían la función de guardianes del templo, ya que poseen características como la fidelidad. Y era además el perro utilizado para la caza menor de liebres.

Los Bóvidos enfrentados representan con su lucha a Cristo y la ira divina. Y asimismo, no olvidemos que el buey es el símbolo del evangelista San Mateo.

Las Águilas representadas en la Cortinas del muro que asciende al coro, se asocian con Cristo. En la iconografía medieval el águila se asocia con la ascensión de Cristo, las alas de la oración, el descenso de la gracia y la conquista del mal.

El Oso, animal heráldico, que simboliza el mal, la pereza o el primitivismo sí era pieza de caza en la época. Hay quien lo interpreta como una alegoría de la Osa Menor, que cerca de la puerta simboliza a la Estrella Polar, para orientar en la noche como la fe en la vida.

El Elefante, que lleva sobre su lomo un castillo con tres torres y que representa la humildad asociada a Cristo, que carga las enfermedades y miserias del hombre.

Y ha inspirado el bello poema que Gerardo Diego dedicó a la ermita:

– Cuatro elefantes a la sombra de una palma.
Los elefantes gigantes.
– ¿Y la palma?
– Pequeñita.
– ¿Y qué más?
¿Un quiosco de malaquita?
– Y una ermita.
– Una patraña, tu ermita y tus elefantes.
Ya sería una cabaña con ovejas trashumantes.
– No. Más bien una mezquita tan chiquita.
La palma me llevó el alma.

SOLDADO O MONTERO. Esta pintura representa a un hombre armado con una lanza y una gran rodela en actitud de caminar, con el rostro girado hasta casi ser frontal.

Finalizamos nuestra visita en el exterior, contemplando una necrópolis rupestre que ofrece más de una veintena de tumbas antropomorfas toscamente talladas y en algún caso, asociadas a modo de panteón. Están orientadas de este a oeste, cubiertas con lajas, y los fallecidos eran colocados en posición decúbito supino.

Están fechadas entre los siglos XI y XII.

A día de hoy la ermita de Casillas de Berlanga es considerada una de las primeras fundaciones cristianas que, tras la Reconquista castellana, fue planteada como una primera avanzadilla repobladora en unos territorios enormemente inseguros.

En la cercana localidad de Berlanga de Duero, a unos 9 km de Caltojar, se sitúa el CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE SAN BAUDELIO, que a través de una serie de paneles explicativos, maquetas y un audiovisual se muestra el esplendor perdido por el expolio de las pinturas a través de una reconstrucción virtual de cómo habría sido la ermita en sus orígenes.