MARAVILLAS DE CASTILLA Y LEÓN: IGLESIA DE SAN CIPRIANO, SAN CEBRIÁN DE MAZOTE

San Cebrián de Mazote es un municipio de la provincia de Valladolid, en la comarca de los Montes Torozos, al suroeste de la demarcación vallisoletana. Su origen es el de una pequeña iglesia visigoda del siglo VII, sobre la que construyó la actual iglesia mozárabe bajo la designación de San Cipriano, perteneciente a una comunidad de monjes instituida por el abad Martín, que se asentarían aquí, allá por el año 915, en esas tempranas fechas de finales del siglo IX procedentes de Córdoba.

Es esta de Mazote, una de las únicas iglesias, junto a San Miguel de la Escalada, en León, o SAN MARTÍN DE CASTAÑEDA, fundadas por comunidades monásticas mozárabes procedentes de Al-Ándalus.

MONASTERIO DE SAN MARTÍN DE CASTAÑEDA

La iglesia de San Cebrián de Mazote es uno de los mejores y más completos ejemplos de esa arquitectura que ha adoptado distintos nombres, desde la de "mozárabe" acuñada por Gómez Moreno a la de "de Repoblación" bautizada por Isidro Bango Torviso.

Se trata de la iglesia mozárabe más grande de las que se conservan y tras las restauraciones sucesivas, también es de las mejor conservadas de este periodo. Un edificio del máximo interés, pues en él se funden reminiscencias de distintas épocas y tendencias dentro de lo hispano: formas paleocristianas, visigodas, asturianas y califales.

Arco Califal.

Púlpito con reminiscencias asturianas.

Friso visigodo.

Capitel mozárabe, convertido en pila de agua bendita.

El interior de la iglesia tiene planta basilical, de unos treinta metros de longitud, contiene tres naves, separadas por arquerías de herradura, sobre columnas y capiteles, en las que la central es más alta y en ella se encuentran las aberturas de iluminación del templo.

Las laterales son más bajas, estrechas y sin luminarias.

Algunas de las columnas que las separan son romanas y otras visigodas reaprovechadas, aunque todas ellas forman la base de un bosque de arcos de herradura que atrae la atención desde el principio.

En cuanto a la decoración esculpida en el conjunto de capiteles que soportan los arcos de separación entre las naves, tallados a trépano, permite observar el desarrollo de un tipo de decoración nuevo y que llega a producir ejemplares de gran calidad.

Remata en una cabecera tripartita, con ábsides planos al exterior, e interiormente con arcos de herradura.

Mientras las naves se cubren con techumbre plana de madera, el resto de los espacios está cubierto con bóvedas de arista y en otros con bóvedas gallonadas, de clara ascendencia cordobesa.

A los pies, por el que se acede por una puerta en el lado sur, hoy se sitian una serie de paneles que cuentan la historia del templo

Allí puedes ver, parte de un relieve, probablemente procedente de un cancel un elemento que separa y protege dos espacios. En él, rodeado de cenefas, están representados monjes o santos, con vestiduras y rostros geometrizados, situados junto a un castillo.

En el interior también podemos ver: una Piedad del siglo XIV; ...

Piedad del siglo XIV

... una Asunción en alabastro de Inocencio Berruguete. Esta procede del antiguo retablo de la Santa Espina. Cuentan que los vecinos de San Cebrián, al enterarse de la llegada de las tropas francesas al cercano Monasterio de la Santa Espina, salvaron esta bella obra y la trajeron a su iglesia, donde sigue.

Y piezas interesantes como la artesa bautismal y una pila de agua bendita.

La Iglesia de San Cipriano de San Cebrián de Mazote, está construida en mampostería con grandes piedras de sillería y ladrillo visto en las partes altas. En el exterior, la exenta espadaña del siglo XVII, parece un poco desproporcionada.

Por la parte de atrás se aprecia el juego de volúmenes de esta iglesia de planta basilical, con tres naves, crucero con cimborrio cuadrado y cabecera de tres ábsides.

La nave central mucho más alta que las laterales y una sacristía añadida en el siglo XVI. Los tejados tienen tejas curvas y dependiendo del lugar son a una, dos, tres o cuatro aguas, y bajo los aleros hay una serie de canecillos de ladrillos escalonados.

En las inmediaciones de la Iglesia de San Cebrián se encuentra el ex-convento de Santa María la Real, de estilo gótico. Fundado en 1305 y administrado por monjas dominicas que pasó a propiedad privada en 1837. Tristemente el conjunto está en estado de abandono en el momento de nuestra visita.

La curiosidad nos lleva a detallar que en este convento vivió durante unos años Bárbara Blomberg, una de las amantes de Carlos V y madre de su hijo, Jeromín que posteriormente se le conocería como don Juan de Austria. La idea fue que la vida pecaminosa de la madre no enturbiase el futuro político del hijo, por lo que se decidió su mudanza al convento. A la muerte de Don Juan se asentó en la pequeña localidad de Cántabra de Ambrosero donde pasó sus últimos años.