Ermita de San Saturio |
En la orilla izquierda del río Duero, bucólico entorno donde célebres poetas han dejado la huella de sus rimas, descubrimos el Monasterio de San Polo, lugar de establecimiento de un asentamiento templario, y que junto a los Hospitalarios de San Juan de Duero, eran las dos órdenes militares que defendían el acceso principal a la ciudad por el este. Mientras otras ordenes, como la de Calatrava (de la que tan solo queda la duodécima iglesia de San Salvador reconstruida en 1967 y que apenas conserva restos de la románica original), guardaban el acceso oeste de la ciudad.
El templo de San Polo es de finales
del S. XII o comienzos del S. XIII, se supone habitado hasta 1.312, año en el
cual la Orden del Temple fue suprimida y todas estas propiedades pasaron a
manos del rey, que posteriormente decidió venderlas a la nobleza, pasando al
ducado de Fernán Núñez y sus descendientes. Fue declarado Bien de Interés
Cultural con categoría de monumento en el año 2011. Actualmente es de uso
particular.
Recorriendo un hermoso paseo loado por Machado, completamente accesible a personas con movilidad reducida, nos acerca a la ermita desde el monasterio de San Polo.
Siguiendo el curso del río Duero y los chopos de la ribera, la ermita emerge de la roca donde la tradición sitúa la cueva del eremita Saturio.
Cuenta la tradición que en el siglo VI el noble soriano Saturio, tras fallecer sus padres, repartió sus riquezas entre los pobres y marchó a vivir a unas cuevas junto al Duero. Allí en un sobrio y místico oratorio en honor a San Miguel Arcángel, viviría durante treinta años de forma eremítica.
Los primeros datos que dejan constancia de la
existencia de un oratorio de San Miguel que luego pasó a llamarse San Saturio,
datan del año 1148. Posteriormente se hicieron algunas reparaciones y debido al
hundimiento del mismo, en el año 1694 la ciudad de Soria acordó reedificar
una iglesia de nueva planta con el concierto de todos los vecinos, colgada
sobre un roquedal junto al Duero, que unida a la riqueza paisajística de la zona, lo convierte en un enclave incomparable. La construcción fue encargada a Julián
y Domingo Izaguirre bajo el mando de Juan Antonio Zapata, responsable de las
pinturas del interior. Las obras de construcción terminaron en el año 1704.
Varios fueron los milagros que se le atribuyeron al santo. Quizás el más específico, narra como Saturio vio llegar, según la leyenda, a un joven de nombre Prudencio que quería cruzar el río a nado, aun sabiendo el peligro que conllevaba y por su devoción al anacoreta Saturio. Todo el mundo suponía que se ahogaría por la corriente, pero el joven llegó sano y salvo a la orilla con sus prendas secas, pues el asceta le extendió su capa y pasó sobre ella sin ni siquiera mojarse. Tras este hecho, lo acogió como discípulo y se encargó de instruirlo hasta su muerte.
Fue Prudencio quien se encargó de enterrarle en un apartado de la gruta y promover la creencia en el Santo.
La devoción hacia el eremita creció, hasta el punto de construir el santuario en su honor y nombrarlo patrón de la ciudad por aclamación popular en 1628, culto y patronazgo que fue ratificado oficialmente por el Papa Benedicto XIV en 1743. Su festividad se celebra el día 2 de Octubre.
Las reliquias, encontradas en el último cuarto del siglo XVI, se veneran ahora en el altar mayor de la ermita en una arqueta. No así la cabeza del santo, que se encuentra en la Capilla de San Saturio de la CONCATEDRAL DE SAN PEDRO.
A la iglesia se accede por la cueva situada a sus pies, que asciende mostrando diferentes salas.
En un primer término, se encuentra la sala de reuniones del llamado Cabildo de los Heros, una especie de Tribunal de las Aguas para el secano, donde celebraban sus juntas la hermandad de labradores. La sala posee una delicada bancada de piedra y una efigie del santo colocada en el lugar de honor.
Seguimos el angosto pasillo excavado en la roca para llegarnos a la capilla.
Esta es de planta octogonal muy alargada, cubierta con cúpula de ocho plementos y linterna.
Sus paredes, están revestidas por frescos donde está representada la historia de San Saturio. La obra fue realizada por Juan Zapata pintor soriano barroco más destacado, discípulo de Antonio Palomino, quien proyecto los frescos de la impresionante IGLESIA DE SAN NICOLÁS DE BARI Y SAN PEDRO MÁRTIR (enlace a nuestra publicación) en Valencia.
El descenso se realiza por el exterior, circundando la roca, mientras observamos unas preciosas vistas del rio Duero.
TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN, HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES
ENLACES:
https://es.wikipedia.org/wiki/Saturio_de_Numancia
https://es.wikipedia.org/wiki/Ermita_de_San_Saturio_(Soria)
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