CATEDRAL DE SANTA MARÍA DE REGLA, LEÓN

 

Situada en la ciudad de León, fue el primer monumento nacional declarado en España en el año 1844. Iniciada en el siglo XIII, es una de las grandes obras del estilo gótico de influencia francesa, conocida con el sobrenombre de Pulchra leonina, que significa «Bella Leonesa», y se encuentra en pleno Camino de Santiago. 

La catedral de León se caracteriza sobre todo, por llevar al extremo la reducción de los muros a su mínima expresión para ser sustituidos por vitrales coloreados, constituyendo una de las mayores colecciones de vidrieras medievales del mundo.

Originariamente, en la actual ubicación de la catedral, la Legio VII Gemina había construido unos baños.  Durante la gran restauración del edificio que se llevó a cabo en el siglo XIX, se descubrieron sus restos bajo la catedral, y en el año 1996 se exploraron otros junto a la fachada sur. Poco queda de estas primitivas edificaciones, apenas algunos vestigios de mosaicos, tégulas y cerámicas hoy expuestos en el museo catedralicio. Otros, como el hipocausto, permanecen aún bajo el solar catedralicio. 

Su historia comienza en el siglo X, sobre las antiguas termas y edificios públicos que los romanos había construido a mediados del siglo II, sobre este terreno se emplazó el Palacio Real de Ordoño II. En el año 917; Tras vencer a los árabes en la batalla de San Esteban de Gormaz, el rey cedió parte de estas posesiones en agradecimiento a Dios, para que se erigiese allí el primer templo catedralicio custodiado por monjes de San Benito, su estructura probablemente era muy similar a otros de la mozarabía leonesa. Tras el fallecimiento de Ordoño en 924, su cadáver fue trasladado a la Catedral de León, y ese mismo año, su hijo y sucesor el rey Alfonso V, fue coronado en este templo. 

Estatua de Ordoño II, Palacio real de Madrid

Después de la agitación política y las incursiones moriscas que duraron hasta 1067, el estado de la catedral se encontraba en la pobreza extrema. Esto acarrearía que el rey Fernando I, tras trasladar los restos de San Isidoro a León, pretendiera restaurar el templo. Con la ayuda de la infanta Urraca de Zamora, hija primogénita del rey, se inicia la construcción de una segunda catedral de estilo románico, construida en ladrillo y mampostería, con tres naves rematadas en ábsides semicirculares, la central dedicada a Santa María, como en la iglesia anterior. La catedral fue consagrada el 10 de noviembre de 1073 durante el reinado de Alfonso VI. Presuntamente trabajaron en ella los mismos albañiles que estaban construyendo la BASÍLICA DE SAN ISIDORO (enlace a nuestra publicación). Esta catedral permaneció en pie hasta finales del siglo siguiente, cuando el último rey de León, Alfonso IX, subió al trono, que aplicó una política de repoblación al igual que sus predecesores. Este refundó entre otras ciudades A CORUÑA (enlace a nuestra publicación) en 1208, trasladando a los habitantes de la cercana población de El Burgo hasta el actual emplazamiento.

La construcción de la tercera catedral, ahora de estilo gótico, comenzó hacia 1205, pero los problemas con la fundación retrasaron la continuación de las obras hasta 1255, bajo el mando del obispo Martín Fernández y con el apoyo del rey Alfonso X de Castilla y León. El diseño se atribuye al maestro Enrique, quizás natural de Francia, que había trabajado anteriormente en la CATEDRAL DE BURGOS (enlace a nuestra publicación). Este conocía claramente la forma arquitectónica gótica de la Isla de Francia. Murió en 1277 y fue reemplazado por el español Juan Pérez. En 1289, el obispo Martín Fernández también agonizaba cuando la fachada del templo ya estaba abierta al culto. Pronto se terminó la estructura básica de la catedral, y en 1302 el obispo Gonzalo Osorio abrió toda la iglesia a los fieles, que acuden de todo el territorio.

 El claustro y la torre norte se terminaron en el siglo XIV. La torre sur o torre del relojcomo se conoce en la actualidad, no se completó hasta la segunda mitad del siglo XV.


Realizadas en la segunda mitad del siglo XIII, las riquezas de las portadas de la catedral de León la convierten en el máximo exponente de la escultura gótica española.
La fachada principal u occidental, realizada en torno al año 1270 con evidente influencia francesa, consta de un triple pórtico, el principal representa el Juicio Final y los laterales dedicados a San Francisco, el de la derecha y a San Juan Bautista, el de la izquierda.



La PORTADA DE SAN JUAN BAUTISTA, en el lado del Evangelio, está dedicada a la Virgen.


En la arquivolta interior se muestra el Árbol de Jesé en alusión a la genealogía de Cristo. En la siguiente aparecen escenas de la Vida del Bautista. Y en la exterior se ubican obispos, monjes y escenas del Antiguo Testamento.


En el dintel se representa un coro angelical y el tímpano está dividido en tres registros con el Ciclo de la Vida de la Virgen; en el inferior aparece una Natividad central, con la Visitación a la izquierda y el Anuncio a Herodes a los Pastores a la derecha. El segundo registro está protagonizado por una Epifanía, con la Virgen y el Niño en el centro, y la Huida a Egipto. En el último registro se representa la Matanza de los Inocentes.

Entre esta portada y la siguiente, aparece el LOCUS APELLATIONISLa columna ante la que se administraba justicia en el Reino de León, según normas que se remontan al Fuero Juzgo leonés del año 1020 y que incita a la comparación de Alfonso X, patrocinador del templo, con la figura del rey Salomón.



 
La PORTADA CENTRAL, llamada de la Virgen Blanca o del Juicio Final, está presidida por el Cristo Juez que muestra sus estigmas, mientras los ángeles portan los instrumentos de su martirio y la Virgen y San Juan se arrodillan como principales intercesores.En las arquivoltas aparecen escenas de la resurrección de los santos.


Bajo él se desarrolla el juicio en el que San Miguel pesa las almas (psicostasis) y separa a los bienaventurados que van al paraíso (incluidos Alfonso X o San Francisco, que aparecen con varios instrumentos musicales), de los condenados que sufren los tormentos del infierno y que son devorados por demonios o introducidos en calderas hirviendo.
 

El parteluz de ambas puertas es presidido por una reproducción de la «Virgen Blanca» con el Niño en las manos, hoy sustituida por una copia ejecutada por Andrés Seoanela original está guardada en el interior del templo, en la capilla del mismo nombre, siendo la escultura más representativa de la catedral y una de las de más calidad del gótico español. 


La PORTADA DE SAN FRANCISCO, está dedicada a la Virgen, relatando el tímpano la muerte y coronación de María y portando las arquivoltas varios concejos de ángeles, y en el exterior, las cinco vírgenes prudentes frente a las cinco necias.

Junto a las puertas, antaño aparecían esculturas de santos, evangelistas y protagonistas del Antiguo Testamento, que en la actualidad han sido reubicadas en el claustro de la catedral. 





Destaca la escultura de Santiago peregrino, reconocida por la concha de su gorro, cuyo pedestal estaba gastado, según la tradición, por el roce de las manos de los peregrinos a su paso por León de camino hacia SANTIAGO DE COMPOSTELA.

 A si mismo, hay una placa que informa que Don Pedro Cabeça de Vaca, obispo de León (1448-1459), anuncia nuevas indulgencias en la portada principal de la Catedral de León (27 de marzo de 1456). 

El texto dicta: El Reuerendo en Christo padre e sennor don Pedro Cabeça de Vaca, por la gracia de Dios obispo de Leon, otorgo a qual quier persona que aquí delante la ymagen de Sancta Maria la Blanca estouiere en estado de graçia sabado a la vigilia, por cada ves , cuarenta dias de perdon. Item otorgo a qual quier persona por cada vegada que diere elimosina para desir las dichas vigilias, cuarenta dias de perdon. Datum anno Domini millesimo quadringentesimo quinquagesimo sexto, vigesimo septimo die marcii.

La fachada sur, que se extiende hacia la Puerta del Obispo, fue la zona que más sufrió los problemas constructivos de la catedral, llegando a ser reconstruida en varias ocasiones. 

También cuenta con un triple pórtico realizados entre 1265 y 1275. En el centro está la Portada de la Revelación, que toma como referente la Portada del Sarmental de la catedral de Burgos para representar la Teofanía intemporal de Cristo, un tema ya obsoleto en esa época. En el siglo XVII, el triforio fue cegado, colocándose un hastial barroco en forma de espadaña, y el siglo XVIII, tras el terremoto de Lisboa, su rosetón fue desmontado y sustituido por una ventana doble barroca. Afortunadamente, durante las grandes restauraciones de finales del siglo XIX, Matías Laviña proyectó la fachada actual, construyendo un nuevo rosetón, triforio y hastial neogóticos, imitando la fachada norte, que nunca fue retocada. El parteluz está ocupado por una estatua de San Froilánal igual que el frontón, obispo de comienzos del siglo X y patrón de la diócesis de León, con sus restos enterrados en la catedral por orden de Ordoño II, enviados a MORERUELA (enlace a nuestra publicación) para protegerlos de las razzias y devueltos a León por orden del obispo Manrique de Lara.

A la derecha del gran rosetón encontramos la torrecilla denominada «silla de la reina», realizada en el siglo XV. 

La portada izquierda es la denominada «de la muerte», nombre que procede de una figura de un esqueleto, colocado en época posterior en una de las ménsulas. No posee decoración en el tímpano, solo en las arquivoltas y jambas. 

La central, llamada «del Sarmental», por ser en donde se almacenaban los retoños de las vides, análoga a la Puerta del Sarmental de la CATEDRAL DE BURGOS, (enlace a nuestra publicación).

Representando a Cristo sedente como Pantocrátor mostrando el Libro de la Ley, y rodeado del tetramorfos: el toro (san Lucas), el águila (san Juan), el león (San Marcos) y el hombre (San Mateo). A sus lados aparecen evangelistas sentados, escribiendo sobre pupitres. Ángeles y ancianos del Apocalipsis con instrumentos musicales adornan las arquivoltas.

 A la derecha está la Portada de san Froilán, la primera dedicada a ese obispo, con arquivoltas con ángeles y tímpano con escenas de la vida del santo y las peripecias de sus reliquias. Aunque en la actualidad está cegada, en la Edad Media tuvo mucha importancia porque era por donde entraba el obispo desde el Palacio Episcopal, además de ser la empleada por los peregrinos Camino de Santiago para acceder a la catedral a venerar las reliquias de este santo, unas de las más preciadas del templo

En el chaflán sudeste del cuerpo superior de la torre meridional se encuentra una original estatua del chantre Alfonso González de Getino que desarrolló su carrera eclesiástica en la catedral de León. Y una leyenda con letras monumentales recorre las fachadas: El texto inferior presenta a su protagonista principal María, a Jesucristo y a su condición divina y humana. En el preciso momento que María acepta el mensaje divino se produce la Encarnación de Cristo, iniciándose el camino de la Redención. El superior traslada a la piedra casi literalmente las palabras que entablan la Virgen María y el arcángel San Gabriel en el momento de la Anunciación.

MARIA YHS XPS DEUS ET HOMO 

AVE MARIA  GRATIA PLENA DOMINUS TECUM ECCE ANCILLA DOMINI


La Seo leonesa tiene un conjunto de tres relojes solares en el lado sur de esta torre, y tiene otro reloj solar aparte de este conjunto. 

La portada norte de la catedral es poco visible porque está en el claustro. Esta fachada no ha sido retocada por las grandes restauraciones, permaneciendo inalterada desde su construcción.

En su origen constaba, como en los casos anteriores, de una portada triple, presidida por un gran rosetón con vidrieras de finales del siglo XIII. El remate del hastial triangular y su rosa calada es del siglo XV, y fue usado como modelo para la reconstrucción de los hastiales de los lados sur y oeste en las restauraciones de finales del siglo XIX.

La portada izquierda fue cegada y desapareció con la construcción del claustro. La central, llamada «de la Virgen del dado» se llevó a cabo en la última década del siglo XIII y aún conserva la mayoría de la policromía, del siglo XV.

En el tímpano, un Cristo bendice desde la almendra mística que sujetan los ángeles y flanquean los evangelistas. 

En el parteluz aparece la escultura de la Virgen del Dado, llamada así por la leyenda sobre un soldado que arrojó sus dados enfadado por haber perdido en el juego, impactando contra el rostro del Niño, que empezó a sangrar milagrosamente. (Frente a ella se representa el milagro en una vidriera).

En las jambas aparecen Pablo, Pedro, Santiago,

 

Mateo y la Anunciación a María.

La portada derecha se usa como apertura a la estancia que da salida al claustro. El tímpano no es escultórico, sino que posee una pintura gótica de la Virgen con el Niño. En las arquivoltas hay figuras vegetales. También conserva la policromía.

La catedral de León cuenta con tres naves y un transepto. La nave central mide 90 metros de largo y 30 de altura, mientras que las dos naves laterales miden 15 metros de altura, y se unen a través de la girola.


Desde el exterior, son perfectamente visibles todos los contrafuertes, los arbotantes y los pináculos a lo largo de las naves, que sirven para desviar los empujes del edificio al exterior y poder perforar las naves con grandes ventanales.

En cuanto a su alzado interior, la catedral sigue con el modelo francés en tres pisos o registros. El primero es el de los arcos formeros apuntados con pilares fasciculares, cuyos baquetones se insertan en los nervios de las bóvedas creando un eje que marca la verticalidad del interior. El segundo piso cuenta con un triforio y el tercero es el claristorio, o conjunto de vidrieras.


La iglesia tiene casi 1.800 metros cuadrados de vidrieras. La gran mayoría de ellas datan del siglo XIII al XV: una rareza entre las iglesias góticas medievales, y el conjunto más importante del mundo, junto a las de la Catedral de Chartes


Tiene 134 ventanales y tres rosetones. La temática de los vitrales están definidos en tres temas en tres alturas distintas. Los ventanales del claristorio son temas bíblicos. 


Los ventanales del triforio son escudos que representan la nobleza.


Y los ventanales inferiores representas temas vegetales. 


Están construidas en tres etapas distintas. Las vidrieras góticas, construidas entre los siglos XIII y XV, siendo estas la mayoría de la catedral, destacando las de la zona superior. Las vidrieras renacentistas, construidas en la segunda mitad del siglo XVI y las vidrieras neogóticas realizadas en las restauraciones del siglo XIX imitando las auténticas góticas. Estas están tan bien realizadas, que son difíciles de distinguir a simple vista de las antiguas medievales. 


Estamos ante una auténtica obra maestra en lo que a vidrieras se refiere, tal es así, que la catedral de León es gracias a sus vitrales una de las catedrales góticas más importantes del mundo. 

Como hemos comentado anteriormente, presenta cuerpo de tres naves, la central casi dos veces y media más alta que las laterales, de cinco tramos, transepto también de tres naves y cinco tramos, ábside de tres naves de dos tramos con capillas laterales y girola con capillas radiales.

Imagen recogida de: https2.bp.blogspot.com-dYoDi1wvMOoVjZUUBonOEIAAAAAAAAYVcaQZEks3D_zQs160015%2B800.jpg

Empezamos nuestro recorrido por el interior, en la Capilla de Santa Lucia, destacando una interesante pila bautismal que hay en ella, obra de Juan de Badajoz el Mozo; tiene forma de copa cubierta de escamas sobre las que resaltan varias figuras y grupos en relieve entre los que aparecen Moisés, el Bautista, el Bautismo de Cristo, la Ascensión y otro tema difícil de interpretar: se trata del prendimiento de un personaje femenino próximo a ser degollado ante el que hay otro masculino de rodillas; creemos que así como lo anterior simboliza el bautismo de agua, éste último grupo se refiere al bautismo de sangre. Junto a estos temas sobresale el escudo del obispo Pedro Manuel, protector del artista.

En la Catedral de León reposan los restos de arquitectos y canteros que levantaron sus muros, de reyes y secretarios que gobernaron sus tierras, o de nobles y plebeyos que, simplemente, vivieron y murieron en ella. Los sepulcros de la Pulchra son testigos de piedra de su historia y en ellos descansan muchos de sus protagonistas. Así, en el interior del crucero de la fachada sur, se nos aparece el sepulcro de Don Martín Fernández, obispo impulsor de la construcción del templo y fallecido en 1289 en un sepulcro lucillo —excavado en los muros—, atribuido al Maestro de la Virgen Blanca por la calidad de sus relieves.

Se reconoce fácilmente por los tres arcos apuntados que cobijan la escultura yacente sobre un sarcófago, este último muy deteriorado. Presenta las escenas de las exequias y el Calvario pero añade otras de la Infancia de Cristo y de la Pasión, junto a una de carácter hagiográfico protagonizada por san Martín repartiendo su capa, patrón del finado.


Antes de llegar a la girola, no detenemos en la capilla del Carmen, donde se encuentra el sepulcro de Rodrigo Álvarez, fallecido en 1232, del que hay dos ‘copias’ casi idénticas en la misma Catedral , el de Martín el Zamorano (con relieves de mucha más calidad atribuidos al Maestro de la Virgen Blanca), y el de don Ramírez de Guzmán. 

En todos ellos, el yacente está rodeado por clérigos que ofician el funeral y de un grupo de personas que lloran su muerte. En el tímpano está representado un calvario, y en el frontal un grupo de criados reparte pan a los pobres. Este modelo de sepulcro tuvo un éxito extraordinario, pues además de las copias en la misma catedral, se extendió fuera de León.


El alma del difunto es llevada por los ángeles. Cristo crucificado. La Virgen María con el cáliz recogiendo la sangre de Cristo. San Juan Evangelista. El buen ladrón. Soldado ofreciendo el vino con mirra. El mal ladrón. Soldado fijando la cruz.

Reparto de alimentos a los pobres como parte del funeral o memoria de la caridad del difunto.

Detalle león funerario.

En el eje central de la girola sobresale la Capilla de la Virgen Blanca. La capilla más antigua de la catedral, dedicada al Salvador, hasta que a mediados del siglo XX alojo la escultura original del parteluz de la portada central de la fachada occidental.

 La Virgen está de pie, pisando al dragón, en clara referencia a su concepción inmaculada, y supone un gran avance hacia el naturalismo, pues el artista busca establecer comunicación entre Madre e Hijo, aunque todavía muestra rasgos arcaizantes, pues sigue mirando al espectador.





En la capilla de la Virgen Blanca también hay dos sepulcros del S.XIV empotrados en la pared de la misma. En el lado del Evangelio se ubica el sepulcro de la condesa doña Sancha Muñiz, uno de los sepulcros más bellos que atesora la Catedral, hija del conde Munio González. La finada, fundó a orillas del Esla un monasterio dedicado a San Antonino, que regaló a la Catedral en el año 1040. 


Según cuentan las crónicas, la generosidad de doña Sancha suscitó la envidia del sobrino, que se sintió desairado y acabó con su vida. La osadía se narra en el lado frontal del sepulcro, que describe la cobardía, leyéndose  de derecha a izquierda: la de la muerta ofreciendo el templo a la Virgen, a los asesinos cometiendo el crimen —entre ellos la víctima implorando piedad— y al sobrino a caballo presenciando el crimen.
 En el borde de la estatura yacente se lee: Mestre Marcos me fizt


Y en el lado de la Epístola, está el sepulcro del infante don Alfonso de Valenciahijo del infante Juan de Castilla “el de Tarifa” y nieto del rey Alfonso X El Sabio.


Enfrente de la Capilla de la Virgen Blanca, en el trasaltar, está el sepulcro de Ordoño II de León, patrocinador de la primera catedral de la ciudad en el siglo X y donde descansan sus restos. Conserva gran parte de su policromía y se compone de arcosolio, caso excepcional en las sepulturas de reyes hispanos medievales, de doble arquivolta apuntada con decoración heráldica y vegetal, sostenido por dos leones, uno al frente y otro a los pies, y protegido por una verja que cobija el sepulcro con un yacente del siglo XIII. 

La estatua yacente, según algunos autores, fue esculpida para descansar de pie y pudo, por lo tanto, haber sido desplazada a este lugar desde alguna de las portadas de la catedral. 

Tímpano dividido en dos registros, con un Calvario y un Descendimiento en el inferior y un Cristo resucitado flanqueado por dos apóstoles y dos ángeles arrodillados que se acoplan al perfil curvo, en el superior, escenas de evidente significación redentora. El conjunto está enmarcado por un alfiz, elemento incorporado ya a mediados del siglo XV y atribuido al Maestro Jusquin, con ángeles en las enjutas soportando cartelas, En el exterior del lucillo y colocadas en su mitad superior, se encuentran las imágenes de San Pedro y San Pablo, un clérigo reglar y un doncel heraldo que señalan los epitafios que tienen debajo para convocar a la celebración perpetua de las exequias y proclamar las glorias militares del monarca difunto.

Las figuras y rótulos que rodean la escultura del monarca pudieron haber sido copiados del sepulcro primitivo y contienen, además del epitafio, un resumen histórico de las principales conquistas, que traducido al castellano actual dice: "Sea ejemplo para todos que el rey Ordoño dio este venerable templo, en el cual está enterrado él mismo piadoso [rey]. Hizo esta iglesia, la cual primeramente construyó para palacio real; y por amonestación de la Virgen resplandece con silla episcopal, y por ella brilla la ciudad de León. Roguemos, pues, a Dios que por su gracia le perdone. Amén.  Este rey, siguiendo las huellas de su padre Alfonso, gobernó con prudencia y justicia el reino. Tomó Talavera, derrotó a los árabes en el campamento de San Esteban [de Gormaz], subyugó las provincias de Lusitania y Bética, hizo gran estrago en la tierra de árabes llamada Sincila [Sintilia, según Sampiro] y se apoderó de [la prefactura de] Nájera y Viguera, y a los ocho años y medio completos de reinado murió de enfermedad en Zamora. Era 932".

La siguiente capilla radial es la Capilla de la Concepción o de la Virgen de la Esperanza, con una Virgen gótica del siglo XIII y policromía posterior, que en realidad representa a la Virgen apocalíptica perseguida por el dragón pero que se utilizó habitualmente para la Anunciación, también embarazada.



En esta capilla encontramos el sepulcro de don Ramírez de Guzmán obispo fallecido en 1354, que primero fue enterrado en la capilla del Nacimiento, pero que fue trasladado a su ubicación actual en 1728 cuando se decidió poner el retablo de la Anunciación en el lugar de su primer sepulcro.

Es uno de los tres sepulcros que representan cómo se oficia un funeral, con un calvario en el tímpano y un grupo de criados repartiendo pan a los pobres en el frontal.


Otra interesante capilla radial de la girola es la Capilla del Nacimiento, con un pequeño altar hispano-flamenco de madera tallada el siglo XV con una Natividad. Sobre el portal, se reproduce un paisaje montañoso, escarpado, con arbustos, ovejas y cabras. Los pastores permanecen atentos a los ángeles que les anuncian la noticia.


En el muro de la izquierda está el sepulcro del obispo Arnaldo, fallecido en 1253, según reza el epitafio.

En frente de la capilla de El Nacimiento, en la parte superior de la girola, veremos el sepulcro de San Alvito, quien murió en Sevilla en 1063 en la expedición que encontró los restos de san Isidoro. El maestro Juan de Badajoz ”el Mozo” labró en el S.XVI este sepulcro, para trasladar al obispo Alvito, desde su original arca funeraria, hasta este llamativo conjunto escultórico, en un lugar más cercano al altar, justo en el lado contrario donde se encuentra el de san Pelayo.

Fuera del plano de la Catedral se construyó una gran sala rectangular, dedicada a librería del Cabildo. Hoy es la capilla del Santísimo o, según la advocación popular, de la Virgen del Camino. Un pequeño recinto cuadrado de la cabecera del templo le sirve de vestíbulo. 

Se comenzó a construir el 22 de agosto de 1492. Concluyeron las obras el año 1505, fecha en que se procede a colocar los ventanales, realizados por Diego de Santillana. 

Es de estilo hispano-flamenco, de tres tramos, con bóvedas de crucería sobre pilares que posan en abultados repisones, entre los que hay un hombre luchando con dos serpientes, la reina de Saba, Sansón, un voluminoso fraile, etc. Son de una extraordinaria calidad los calados de la imposta y chambranas, en los que se entrecruzan animales fantásticos, monstruos, figuras humanas, oficios y actividades... Todo en auténtica filigrana sobre piedra. 





Otro buen elemento decorativo es el retablo pétreo de estilo hispano-flamenco presidido por Santiago, un obispo, probablemente San Alvito y San Roque, debajo de los cuales en el altar mayor una preciosa Piedad de escuela castellana del S.XVI. A los lados campean los escudos de los obispos Valdivieso y Desprats, impulsores de la construcción. Es obra de Juan de Badajoz el Viejo.



El siguiente espacio lateral de este lado del Evangelio conforma la Capilla de Santa Teresa, antes dedicada a San Fabián y a San Sebastián, con dotación ya desde 1250 y en la que recibieron sepultura varios jueces del tribunal eclesiástico. Conserva una pintura mural, de Nicolás Francés y de su taller de mediados del siglo XV, con el Martirio de san Sebastián que ha sido recientemente restaurada y una talla de Santa Teresa de Antonio de Paz, discípulo de Gregorio Fernández. Las verjas son de mediados del siglo XVII, realizadas por Bartolomé Carense.


En la Capilla Mayor se encuentra un retablo de Nicolás Francés, y una urna de plata que contiene las reliquias de San Froilán, realizada por Enrique de Arfe, ambos del siglo XV. Ya estaba instalado en 1434, con lo que se convierte en el retablo gótico más antiguo de España, al menos en una catedral.



Cuentan, que algún miembro del cabildo de la catedral en el siglo XVIII, se fascino con el Transparente que Narciso Tomé había hecho para la Catedral  de Toledo, y encargo a este un retablo que realizó su sobrino, Simón Gavilán Tomé.

Transparente que Narciso Tomé, Catedral  de Toledo

En 1740 ya estaba montado, como era muy grande se vistió con él, el altar mayor, dos laterales y aun sobraron algunas piezas. Lo curioso es que cuando se entregó el retablo barroco a la iglesia de San Francisco, con él fue también la Virgen del retablo gótico del S.XV, obra de Jusquin, por lo que se da la curiosa circunstancia de que la Virgen del retablo barroco está presidiendo el retablo gótico y la gótica el retablo barroco.


Frente a él está el coro, amueblado con una sillería gran obra de ebanistería de las más antiguas de su género conservada en España, fechada en la segunda mitad del siglo XV, que se cree que sería diseñada por el maestro Enrique, carpintero de la catedral, y que empezaría a ejecutarla el maestro Jusquín, al que sucederían Juan de Malinas y Copín de Holanda.


La sillería se organiza con asientos bajos, para racioneros y bachilleres, y altos, para dignidades y canónigos, además de dividirse en dos mitades, con el lado del Evangelio denominado “coro del rey” y el de la Epístola, “coro del dean o del obispo”, en relación con el complejo ceremonial litúrgico que tenía lugar en el presbiterio en solemnes y en las que también participaban los poderes civiles de la ciudad, por lo que necesitaban un lugar para ubicarse.




La sillería alta se dedica al Nuevo Testamento y muestra a apóstoles, evangelistas, padres de la Iglesia, diáconos, fundadores de órdenes religiosas, santos y santas.



En la sillería baja, dedicada al Antiguo Testamento, las figuras aparecen de medio cuerpo e identificadas mediante una inscripción, distinguiéndose sibilas, profetas, héroes y heroínas. 



Sobre él, un órgano, el más moderno de Europa.

Situado en el crucero de la fachada norte, hay un hueco con una enorme lápida delante con forma de viga de piedra horizontal, que recuerda el lugar donde descansan los restos de otro de los primitivos obispos de la Catedral fallecido en 1205. Manrique de Lara, último de los seis obispos preclaros de León antes de unirse con Castilla, no vio levantarse el templo, pero proyectó su preparación y sus cimientos con el apoyo del rey Alfonso IX. 

En el mismo transepto del Evangelio hay una pintura colosal de San Cristóbal y debajo se conserva un sepulcro sostenido por dos gárgolas, con un boquete donde los niños metían la cabeza en espera de ver cumplidos sus deseos. Este sepulcro alojó las cenizas de San Alvito, en cuyo epitafio consta que murió el 3 de septiembre de 1062, en Sevilla, a donde se había desplazado por indicación de Fernando I para traer a León reliquias de las santas Justa y Rufina. Al fin, con el cadáver del obispo, se trasladaron a esta ciudad los restos de san Isidoro, hoy venerados en la BASÍLICA DE SAN ISIDORO (enlace a nuestra publicación). De este sencillo monumento funerario románico se extrajeron los restos del santo en 1527, para que descansaran en uno de los monumentos funerarios de la girola antes mencionado.

Este transepto también acoge un magnífico retablo gótico de fines del siglo XV procedente de Quintanilla del Olmo dedicado a San Babilés, patrón de esa localidad zamorana, compuesto por banco y tres cuerpos de siete calles que alojan una escultura central de la Virgen con el Niño, procedente de la capilla de los Betanzos del claustro, y tablas con ocho apóstoles, la Vida de san Babilés y otras escenas relacionadas con la Pasión de Cristo, Santiago o san Roque.


Bajo el banco, en bajo relieve, se observa el sepulcro de un eclesiástico.  


A su lado, empotrado en el muro occidental del crucero norte está el sepulcro del obispo Martín Rodríguez “el Zamorano”, fallecido en 1242. Pese a ser una de las imitaciones del de don Rodrigo, antes mencionado, este sepulcro está considerado obra maestra de la escultura funeraria.

Tiene una finura singular, como obra que es del Maestro de la Virgen Blanca. En el frente de la tumba se representa un palacio del que salen los siervos cargados de alimentos que reparten entre mendigos, paralíticos, peregrinos y otros menesterosos.

Sobre el yacente, figura la ceremonia de las exequias con la presencia de un grupo de plañideras. 



Más arriba, muy deteriorado, el calvario. Todo bajo arco lobulado con profusa decoración vegetal y angélica.


Ahora nos acercaremos al trascoro, excelente obra del siglo XVI, constituido a modo de arco triunfal.


 Presenta magníficos relieves y esculturas de bulto, destacándose por su interés los grandes medallones de alabastro que representan el nacimiento de la Virgen, la Anunciación, adoración de los pastores y la de los Reyes Magos.




Son obra de Esteban Jordán, de quien son también las cuatro grandes esculturas de madera imitando mármol que rematan el conjunto. Representan a San Pedro y a San Pablo como columnas de la iglesia, a San Marcelo como patrón de la ciudad, y a San Isidoro como doctor de las Españas. Sobre el arco, una hornacina contiene la imagen en alabastro de la Asunción como titular del templo, teniendo su equivalencia en el reverso la figura de San Froilán, patrón de la diócesis,  igualmente de Jordán. Corona este conjunto una buena imagen del Crucificado, obra de carácter romanista que se viene atribuyendo a Bautista Vázquez pero que la consideramos de Gaspar Becerra.


Es el momento de visitar el Claustrodistribuidor de los espacios anexos a la Catedral por su costado norte. Se comenzó a construir a finales del siglo XIII, concluyéndose durante el primer tercio del XIV. En el XV se pintaron los frescos de sus muros, y, hacia el año 1540, bajo la dirección de Juan de Badajoz el Mozo, se rehízo la cubierta con sus complicadas bóvedas, los pilares exteriores de las galerías, y sus contrafuertes, trabajo que se conforma como el primer ejemplo de otros de este mismo artista desarrollados en la sacristía y el claustro del convento de San Marcos y la biblioteca de la COLEGIATA DE SAN ISIDORO (enlace a nuestra publicación) o en el claustro del convento de SAN ZOILO DE CARRIÓN DE LOS CONDES (enlace a nuestra publicación). Todo ello resulta un conjunto armónico y airoso, donde se articula magistralmente lo medieval con lo renacentista.


Acaso lo más llamativo del claustro sea la obra de Juan de Badajoz el Mozo. Comenzó a trabajar el año 1540, y con él colaboraron escultores como Doncel, Bautista, Vázquez, Angers, etc. Las bóvedas de crucería están cuajadas de terceletes, cuyos elementos sé cubren de grotescos, carteles filacteria, pinjantes en esviaje, y hermosos medallones. Todo ello de gran trascendencia para el futuro del arte leonés.


Las pinturas murales fueron realizadas en el siglo XV por Nicolás Francés, con la intervención de otros pintores, como Carrancejas, Lorenzo de Ávila. En ellas se narra la historia de la Redención, desde la familia de la Virgen hasta la venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés. El gran deterioro que sufren se debe al hecho de permanecer a la intemperie. Fueron muy restauradas a principios de siglo por Juan Torbado.

Es de planta cuadrada, cuyos lados, de treinta metros cada uno, se dividen en ocho tramos.


Aparte de su arquitectura, son muy destacables los elementos escultóricos y decorativos que lo exornan. Si la limpieza del gótico no permitía dentro del templo grandes exuberancias artísticas, los artistas encontraron en el claustro un lugar idóneo para ellas. Abundan toda clase de temas, bíblicos y profanos. 


Varios caballeros cabalgan al galope con escudos y lanzas; sobre ellos, dos personajes conducen un camello acompañando a su señor. La escena está realizada con gran realismo.


Escena de banquete, en el que participan cortesanos y criados, está lleno de gracia y viveza. Se figuran en primer lugar los preparativos culinarios: una gran caldera al fuego, alimentado por un personaje, mientras otro agita con un palo el guiso y un tercero lo prueba. Operación obligada en los banquetes de la nobleza para verificar si estaba envenenado. Mientras tiene lugar el banquete, a cuya rica mesa están sentados tres personajes comiendo las viandas, que les son servidas por un criado, se divierten con música, danzas y escenas de lucha. Una dama coronada suena un violín y un tocador de dulzaina y tamboril toca ambos instrumentos y a sus acordes varias jóvenes danzan. Dos personajes más sostienen una pelea; presumiblemente se trata de una lucha leonesa.


Es, sin duda, el gran cementerio catedralicio, donde se representa un conjunto funerario poco común entre los claustros españoles, aunque la mayoría de sus nichos y sarcófagos marcan una fase decadente dentro del siglo XIV.

En el tercer tramo del lienzo sur está el sepulcro de Munio Ponzardi, muerto a mediados del siglo XIII. Bajo un sencillo arco proveniente de la construcción románica, se cobija una Virgen con el Niño, llamada del "Foro y Oferta", a quienes un clérigo presenta un pequeño edículo, que nos recuerda las edificaciones del románico zamorano y salmantino. Ante este grupo se presenta la ofrenda anual que el Ayuntamiento leonés hace a la Virgen de Regla en agradecimiento por haber sido liberado del tributo de las cien doncellas que los reyes cristianos tenían que entregar cada año al rey moro. No obstante esta interpretación, de hondas raíces populares, la escena se refiere al compromiso que los clérigos de san Isidoro debían de satisfacer cada año, presentando a la titular de la Catedral unos kilos de manteca y miel, en reconocimiento de su sometimiento a la iglesia madre. 

Iconográficamente tiene mayor importancia el sepulcro del canónigo Domingo Yáñezfallecido en 1272. Se encuentra en el muro occidental, próximo a la puerta de la Gomia. Estuvo tapiado y fue descubierto por el Sr. Torbado en 1911. El fondo está dividido en dos registros, el inferior de los cuales se decora con la celebración de las exequias y asunción del alma y el superior con Cristo entronizado entre la Virgen y Santiago peregrino orantes. La presencia de este último en sustitución de San Juan evangelista, constituye una referencia a la exaltación de la figura del apóstol peregrino. Este lleva los pies descalzos como corresponde a su condición de apóstol, se toca con sombrero y porta bastón, atributos de peregrino. Oficia los funerales un obispo que lee las preces en un libro sostenido por un acólito, mientras otro tiene un hisopo. Completan la escena tres prelados más. La asunción del alma, que normalmente se sitúa en el registro superior, interrumpe la citada ceremonia, lo que denota un desconocimiento de la iconografía. El yacente es la escultura más castigada, del que ha desaparecido la cabeza. Hay quien considera que la tumba es en realidad la de la reina Berenguela, quien hasta su muerte, en 1246, jugó un papel crucial en la financiación de la Catedral. Aunque la efigie está decapitada, hay detalles que permiten deducir que es una mujer.


Junto a él está el del Deán Martín Fernández, descubierto por Juan Torbado el año 1911. Presenta un arco ojival dividido por sencillo mainel que forma huecos gemelos. En el registro inferior figura la adoración de los magos, con gran estilización formal. María sujeta al Niño sobre sus rodillas mientras le mira, creándose un atrevido movimiento en ambas figuras. Se trata de una obra maestra, ejecutada por el mismo artista que trabajó en el Juicio final de la portada.

Seguimos avanzando hasta el sepulcro de Gil Nicolás de sencilla decoración, formada por un Calvario sintetizado y arquivoltas vegetales separadas por molduras. La escultura  yacente, sarcófago, porta los atributos propios de un clérigo, esto es, un bonete sobre su cabeza y un libro entre sus manos. La caja sobre la que reposa presenta escudos de armas flanqueando el anagrama IHS XPS.

En esa misma panda se encuentra la veleta ‘gafe’ de la Catedral de León, que coronaba la llamada Torre del Reloj o Torre Sur. Según algunas crónicas, a la veleta le cayó un rayo en 1715 durante una rogativa ante la falta de lluvia en el campo leonés. Empezó a arder, pero, sucedió un ‘milagro’: una gran lluvia sofocó el fuego. El día que un incendio arrasaba la ciudad de Santander, en 1941, un vendaval tiraba la veleta de la Catedral de León y obligaba a reemplazarla. En 1965 un fuerte viento hacía nuevamente que se precipitara sobre el atrio, sin causar heridos. La veleta, que podría ser del siglo XVII, guardaba un secreto. En 1911, un vendaval hizo peligrar la veleta que mide cuatro metros, y cuando los herreros de la Catedral, los maestros Magaz y Blanco, estaban haciendo un patrón para reconstruirla y hacer una nueva, descubrieron que la bola de arranque guardaba un pergamino con una plegaria al arcángel San Miguel, para que librara a la torre de rayos y centellas, al tiempo que rogaba para que no se posaran en ella animales voladores. La nueva veleta se colocó con la misma plegaria; mientras que la vieja, fue a parar como antigualla al Museo Catedralicio.

Le sigue el sepulcro del arcediano de Valderas Adán Yáñez (†1272). En una doble arquivolta en la que se despliega el coro angélico, que apea sobre capiteles corridos con decoración vegetal; el tímpano escul- pido se seguirá dividiendo en dos registros, en los que se acusa la influencia del tímpano del canónigo Domingo Yáñez, con la elevationanimae tal y como se representaba en aquel sepulcro como única escena en el registro inferior y una imagen devocional en el superior –María en Majestad, Cristo en Majestad o la Coronación de la Virgen–; el resto del sepulcro lo componen un arca con yacente.

Ya en la unión de esa panda occidental con la norte se abre la Puerta de San Juan de Regla, que daba acceso a la Capilla de San Nicolás.


Recorremos ahora la panda norte, donde se ubican las salas deMuseo de la Catedral, que alberga una gran colección de arte sacro. Son casi 1.500 piezas, entre ellas 50  esculturas románicas de la Virgen, que datan desde la época prehistórica hasta el siglo XVIII con obras de Juan de Juni , Gregorio FernándezMateo Cerezo, un tríptico de la Escuela de Amberes, una biblia mozárabe  y numerosos códices. En sus archivos se encuentra el primer manuscrito en lengua leonesaNodicia de Kesos.

Allí nos topamos con la Puerta de la Sala Capitular, tallada en nogal por Juan de Quirós (1530).


En general, hay pocas variantes en los temas funerarios. Registros y lucillos son muy similares, aunque reflejan diversos maestros y épocas.

Recorremos ahora la panda oeste. 


Allí vemos el sepulcro del sacristán Diego Yáñez (†1309) de procedencia gallega. Constituye un ejemplar muy peculiar en la relación de lucillos diseminados en este claustro. Que fue devoto de Santiago lo confirman las seis conchas veneras situadas en el frente del sarcófago entre los escudos, con dos árboles y una torre de faro, tal vez de A Coruña. Rematado exteriormente en arco de medio punto, con dos arquivoltas recorridas por doble fila de Ángeles, se figura en el fondo del tímpano la Coronación de la Virgen, ladeada y en el momento de ser bendecida por su Hijo y recibir la corona de manos de un angelito. El yacente va ataviado de acuerdo con su cargo.

Al fondo de esta panda observamos una magnífica Virgen de la Consolación datada en el siglo XIII y sufragada por Alfonso X el Sabio. La hornacina que la aloja, en la que también se ha intervenido, es del siglo XV.


Por último, recorremos la panda sur del claustro.

Allí, junto a la puerta de acceso a la portada de la Virgen del Dado y entre los monumentos de Munio Ponzardi y Juan Pérez, se encuentra el sepulcro del tesorero don Pedro YáñezEl monumento, tal y cómo se encuentra en la actualidad, es el primero del que se conservan todos los elementos propios de los arcosolios funerarios: arquivoltas exteriores, tímpano decorado y urna funeraria con yacente. El tímpano se divide en dos niveles diferenciados a través de una línea de imposta ondulante que simula las nubes que separan los mundos terrenal y celeste. En el plano terreno, la mitad izquierda se dedica a una Epifanía, y la derecha a la representación de las exequias por el canónigo difunto y la elevatio animae. La escena bíblica se representa siguiendo los patrones iconográficos habituales y destaca por la viveza con la que se despliega la narración; dos reyes dialogan entre sí y señalan hacia la estrella que los guía, mientras que el tercero se arrodilla ante María y el Niño, que ya muestran actitudes plenamente góticas, únicamente esbozadas en los monumentos de Juan Pérez y Munio Ponzardi, aunque la calidad de la labra nada tiene que ver con la de estos sepulcros.

Salimos del claustro por la Puerta del Dado hacia la capilla de San Andrésobra de Juan de Badajoz el mozo, en 1534. también llamada Capilla Penitencial, que hoy en día se dedica al culto diario en la Catedral. 


Allí recibieron sepultura en 1974 el obispo Luis Almarcha, y hace apenas unos años el obispo emérito Ángel Belda y el que fue obispo de la diócesis de León hasta 2002, Antonio Vilaplana. 



Esta capilla (contigua a la de la Virgen del Camino anteriormente mencionada), ya fue construida en 1376 como capilla funeraria para acoger los restos de Rodrigo Alfonso de Mansilla, Adelantado Mayor de la tierra de León y Asturias, y de su mujer, María Velázquez, patrocinadores de la Catedral. Años más tarde también mandó ser enterrado en esta capilla el nieto de Rodrigo, Florián Mansilla.

Se comunica con la anterior mediante arco carpanel construido por Juan de Badajoz el Mozo, entre los años 1533-1534. Su estilo es más avanzado, aunque la parte que da hacia la librería, con su greca de complicados trazados, sigue el mismo tipo de decoración que aquella. El arco se enmarca entre columnas abalaustradas, con toda la superficie cubierta de "candelieri", "puttis", niños con guirnaldas, etc. Todo nos habla ya del plateresco.



El templo es un ejemplo de transformaciones, restauraciones y acciones para su conservación, que han servido para alimentar la famosa leyenda del topo, que dice que uno de estos animales destrozaba durante la noche lo construido a lo largo del día evitando que la obra avanzara hasta que fue cazado y muerto a garrotazos, asegurándose que un pellejo que cuelga en el interior de la puerta de san Juan, es su piel que, en realidad, es el caparazón de un tortuga laúd de la que se desconoce su origen, aunque se piensa que sería una ofrenda de alguno de los dignatarios de la catedral.

Foto recojida de:httpswww.alberguecofradiadelsanto.comwp-contentuploads201802topomaligno.jpg

Finalizamos señalando que la Catedral de León es una de las tres catedrales más importantes, junto con la de Burgos y Santiago de Compostela, en el Camino de Santiago. 

TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGIENTES ENLACES:

https://m.arteguias.com/catedral/leon.htm

https://www.visitaleon.com/catedral-leon

https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Le%C3%B3n

https://www.catedraldeleon.org/

https://www.asturnatura.com/turismo/catedral-de-leon/2925.html

https://www.urbipedia.org/hoja/Catedral_de_Le%C3%B3n

http://cosinasdeleon.com/locus-apellationis/

https://viajarconelarte.blogspot.com/2016/01/el-interior-de-la-catedral-de-leon-la.html

https://www.terranostrum.es/turismo/catedral-de-santa-maria-leon

https://hmong.es/wiki/Le%C3%B3n_Cathedral

https://www.arteviaje.com/2010/10/catedral-de-leon.html

https://www.revistacatedraldeleon.es/wp-content/uploads/2020/01/Revista-Catedral-de-Leon-numero-2-completo.pdf

https://www.diariodeleon.es/articulo/cultura/catedral-es-mediados-xiii-ni-diseno-maestro-enrique/201812240500001817540.html  

https://buleria.unileon.es/bitstream/handle/10612/6794/franco%20mata0001.pdf?sequence=1

https://www.academia.edu/43827139/El_claustro_de_la_catedral_de_Le%C3%B3n_un_espacio_entre_la_memoria_individual_y_la_colectiva_a_trav%C3%A9s_de_los_sepulcros_y_testamentos_canonicales_a_mediados_del_siglo_XIII

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