Situada en la ciudad de León, fue el primer monumento nacional declarado en España en el año 1844.
La catedral de León se caracteriza sobre todo, por llevar al extremo la reducción de los muros a su mínima expresión para ser sustituidos por vitrales coloreados, constituyendo una de las mayores colecciones de vidrieras medievales del mundo.
Originariamente, en la actual ubicación de la catedral, la Legio VII Gemina había construido unos baños. Durante la gran restauración del edificio que se llevó a cabo en el siglo XIX, se descubrieron sus restos bajo la catedral, y en el año 1996 se exploraron otros junto a la fachada sur. Poco queda de estas primitivas edificaciones, apenas algunos vestigios de mosaicos, tégulas y cerámicas hoy expuestos en el museo catedralicio. Otros, como el hipocausto, permanecen aún bajo el solar catedralicio.
Su historia comienza en el siglo X, sobre las antiguas termas y edificios públicos que los romanos había construido a mediados del siglo II, sobre este terreno se emplazó el Palacio Real de Ordoño II. En el año 917; Tras vencer a los árabes en la batalla de San Esteban de Gormaz, el rey cedió parte de estas posesiones en agradecimiento a Dios, para que se erigiese allí el primer templo catedralicio custodiado por monjes de San Benito, su estructura probablemente era muy similar a otros de la mozarabía leonesa. Tras el fallecimiento de Ordoño en 924, su cadáver fue trasladado a la Catedral de León, y ese mismo año, su hijo y sucesor el rey Alfonso V, fue coronado en este templo.
Estatua de Ordoño II, Palacio real de Madrid |
Después de la agitación política y las incursiones moriscas que duraron hasta 1067, el estado de la catedral se encontraba en la pobreza extrema. Esto acarrearía que el rey Fernando I, tras trasladar los restos de San Isidoro a León, pretendiera restaurar el templo. Con la ayuda de la infanta Urraca de Zamora, hija primogénita del rey, se inicia la construcción de una segunda catedral de estilo románico, construida en ladrillo y mampostería, con tres naves rematadas en ábsides semicirculares, la central dedicada a Santa María, como en la iglesia anterior. La catedral fue consagrada el 10 de noviembre de 1073 durante el reinado de Alfonso VI. Presuntamente trabajaron en ella los mismos albañiles que estaban construyendo la BASÍLICA DE SAN ISIDORO (enlace a nuestra publicación). Esta catedral permaneció en pie hasta finales del siglo siguiente, cuando el último rey de León, Alfonso IX, subió al trono, que aplicó una política de repoblación al igual que sus predecesores. Este refundó entre otras ciudades A CORUÑA (enlace a nuestra publicación) en 1208, trasladando a los habitantes de la cercana población de El Burgo hasta el actual emplazamiento.
La construcción de la tercera catedral, ahora de estilo gótico, comenzó hacia 1205, pero los problemas con la fundación retrasaron la continuación de las obras hasta 1255, bajo el mando del obispo Martín Fernández y con el apoyo del rey Alfonso X de Castilla y León. El diseño se atribuye al maestro Enrique, quizás natural de Francia, que había trabajado anteriormente en la CATEDRAL DE BURGOS (enlace a nuestra publicación). Este conocía claramente la forma arquitectónica gótica de la Isla de Francia. Murió en 1277 y fue reemplazado por el español Juan Pérez. En 1289, el obispo Martín Fernández también agonizaba cuando la fachada del templo ya estaba abierta al culto. Pronto se terminó la estructura básica de la catedral, y en 1302 el obispo Gonzalo Osorio abrió toda la iglesia a los fieles, que acuden de todo el territorio.
El claustro y la torre norte se terminaron en el siglo XIV. La torre sur o torre del reloj, como se conoce en la actualidad, no se completó hasta la segunda mitad del siglo XV.
La PORTADA DE SAN JUAN BAUTISTA, en el lado del Evangelio, está dedicada a la Virgen.
En el dintel se representa un coro angelical y el tímpano está dividido en tres registros con el Ciclo de la Vida de la Virgen; en el inferior aparece una Natividad central, con la Visitación a la izquierda y el Anuncio a Herodes a los Pastores a la derecha. El segundo registro está protagonizado por una Epifanía, con la Virgen y el Niño en el centro, y la Huida a Egipto. En el último registro se representa la Matanza de los Inocentes.
Entre esta portada y la siguiente, aparece el LOCUS APELLATIONIS. La columna ante la que se administraba justicia en el Reino de León, según normas que se remontan al Fuero Juzgo leonés del año 1020 y que incita a la comparación de Alfonso X, patrocinador del templo, con la figura del rey Salomón.
La PORTADA CENTRAL, llamada de la Virgen Blanca o del Juicio Final, está presidida por el Cristo Juez que muestra sus estigmas, mientras los ángeles portan los instrumentos de su martirio y la Virgen y San Juan se arrodillan como principales intercesores.En las arquivoltas aparecen escenas de la resurrección de los santos.
El parteluz de ambas puertas es presidido por una reproducción de la «Virgen Blanca» con el Niño en las manos, hoy sustituida por una copia ejecutada por Andrés Seoane; la original está guardada en el interior del templo, en la capilla del mismo nombre, siendo la escultura más representativa de la catedral y una de las de más calidad del gótico español.
Junto a las puertas, antaño aparecían esculturas de santos, evangelistas y protagonistas del Antiguo Testamento, que en la actualidad han sido reubicadas en el claustro de la catedral.
Destaca la escultura de Santiago peregrino, reconocida por la concha de su gorro, cuyo pedestal estaba gastado, según la tradición, por el roce de las manos de los peregrinos a su paso por León de camino hacia SANTIAGO DE COMPOSTELA.
A si mismo, hay una placa que informa que Don Pedro Cabeça de Vaca, obispo de León (1448-1459), anuncia nuevas indulgencias en la portada principal de la Catedral de León (27 de marzo de 1456).
La fachada sur, que se extiende hacia la Puerta del Obispo, fue la zona que más sufrió los problemas constructivos de la catedral, llegando a ser reconstruida en varias ocasiones.
También cuenta con un triple pórtico realizados entre 1265 y 1275. En el centro está la Portada de la Revelación, que toma como referente la Portada del Sarmental de la catedral de Burgos para representar la Teofanía intemporal de Cristo, un tema ya obsoleto en esa época. En el siglo XVII, el triforio fue cegado, colocándose un hastial barroco en forma de espadaña, y el siglo XVIII, tras el terremoto de Lisboa, su rosetón fue desmontado y sustituido por una ventana doble barroca. Afortunadamente, durante las grandes restauraciones de finales del siglo XIX, Matías Laviña proyectó la fachada actual, construyendo un nuevo rosetón, triforio y hastial neogóticos, imitando la fachada norte, que nunca fue retocada. El parteluz está ocupado por una estatua de San Froilán, al igual que el frontón, obispo de comienzos del siglo X y patrón de la diócesis de León, con sus restos enterrados en la catedral por orden de Ordoño II, enviados a MORERUELA (enlace a nuestra publicación) para protegerlos de las razzias y devueltos a León por orden del obispo Manrique de Lara.
A la derecha del gran rosetón encontramos la torrecilla denominada «silla de la reina», realizada en el siglo XV.
Representando a Cristo sedente como Pantocrátor mostrando el Libro de la Ley, y rodeado del tetramorfos: el toro (san Lucas), el águila (san Juan), el león (San Marcos) y el hombre (San Mateo). A sus lados aparecen evangelistas sentados, escribiendo sobre pupitres. Ángeles y ancianos del Apocalipsis con instrumentos musicales adornan las arquivoltas.
A la derecha está la Portada de san Froilán, la primera dedicada a ese obispo, con arquivoltas con ángeles y tímpano con escenas de la vida del santo y las peripecias de sus reliquias. Aunque en la actualidad está cegada, en la Edad Media tuvo mucha importancia porque era por donde entraba el obispo desde el Palacio Episcopal, además de ser la empleada por los peregrinos Camino de Santiago para acceder a la catedral a venerar las reliquias de este santo, unas de las más preciadas del templo.
En el chaflán sudeste del cuerpo superior de la torre meridional se encuentra una original estatua del chantre Alfonso González de Getino que desarrolló su carrera eclesiástica en la catedral de León. Y una leyenda con letras monumentales recorre las fachadas: El texto inferior presenta a su protagonista principal María, a Jesucristo y a su condición divina y humana. En el preciso momento que María acepta el mensaje divino se produce la Encarnación de Cristo, iniciándose el camino de la Redención. El superior traslada a la piedra casi literalmente las palabras que entablan la Virgen María y el arcángel San Gabriel en el momento de la Anunciación.
MARIA YHS XPS DEUS ET HOMO AVE MARIA GRATIA PLENA DOMINUS TECUM ECCE ANCILLA DOMINI |
La portada norte de la catedral es poco visible porque está en el claustro. Esta fachada no ha sido retocada por las grandes restauraciones, permaneciendo inalterada desde su construcción.
En su origen constaba, como en los casos anteriores, de una portada triple, presidida por un gran rosetón con vidrieras de finales del siglo XIII. El remate del hastial triangular y su rosa calada es del siglo XV, y fue usado como modelo para la reconstrucción de los hastiales de los lados sur y oeste en las restauraciones de finales del siglo XIX.
La portada izquierda fue cegada y desapareció con la construcción del claustro. La central, llamada «de la Virgen del dado» se llevó a cabo en la última década del siglo XIII y aún conserva la mayoría de la policromía, del siglo XV.
En el tímpano, un Cristo bendice desde la almendra mística que sujetan los ángeles y flanquean los evangelistas.
En el parteluz aparece la escultura de la Virgen del Dado, llamada así por la leyenda sobre un soldado que arrojó sus dados enfadado por haber perdido en el juego, impactando contra el rostro del Niño, que empezó a sangrar milagrosamente. (Frente a ella se representa el milagro en una vidriera).
Mateo y la Anunciación a María.
La portada derecha se usa como apertura a la estancia que da salida al claustro.
La catedral de León cuenta con tres naves y un transepto. La nave central mide 90 metros de largo y 30 de altura, mientras que las dos naves laterales miden 15 metros de altura, y se unen a través de la girola.
Desde el exterior, son perfectamente visibles todos los contrafuertes, los arbotantes y los pináculos a lo largo de las naves, que sirven para desviar los empujes del edificio al exterior y poder perforar las naves con grandes ventanales.
La iglesia tiene casi 1.800 metros cuadrados de vidrieras. La gran mayoría de ellas datan del siglo XIII al XV: una rareza entre las iglesias góticas medievales, y el conjunto más importante del mundo, junto a las de la Catedral de Chartes.
Como hemos comentado anteriormente, presenta cuerpo de tres naves, la central casi dos veces y media más alta que las laterales, de cinco tramos, transepto también de tres naves y cinco tramos, ábside de tres naves de dos tramos con capillas laterales y girola con capillas radiales.
Imagen recogida de: https2.bp.blogspot.com-dYoDi1wvMOoVjZUUBonOEIAAAAAAAAYVcaQZEks3D_zQs160015%2B800.jpg |
Empezamos nuestro recorrido por el interior, en la Capilla de Santa Lucia, destacando una interesante pila bautismal que hay en ella, obra de Juan de Badajoz el Mozo; tiene forma de copa cubierta de escamas sobre las que resaltan varias figuras y grupos en relieve entre los que aparecen Moisés, el Bautista, el Bautismo de Cristo, la Ascensión y otro tema difícil de interpretar: se trata del prendimiento de un personaje femenino próximo a ser degollado ante el que hay otro masculino de rodillas; creemos que así como lo anterior simboliza el bautismo de agua, éste último grupo se refiere al bautismo de sangre. Junto a estos temas sobresale el escudo del obispo Pedro Manuel, protector del artista.
En la Catedral de León reposan los restos de arquitectos y canteros que levantaron sus muros, de reyes y secretarios que gobernaron sus tierras, o de nobles y plebeyos que, simplemente, vivieron y murieron en ella. Los sepulcros de la Pulchra son testigos de piedra de su historia y en ellos descansan muchos de sus protagonistas. Así, en el interior del crucero de la fachada sur, se nos aparece el sepulcro de Don Martín Fernández, obispo impulsor de la construcción del templo y fallecido en 1289 en un sepulcro lucillo —excavado en los muros—, atribuido al Maestro de la Virgen Blanca por la calidad de sus relieves.
Se reconoce fácilmente por los tres arcos apuntados que cobijan la escultura yacente sobre un sarcófago, este último muy deteriorado. Presenta las escenas de las exequias y el Calvario pero añade otras de la Infancia de Cristo y de la Pasión, junto a una de carácter hagiográfico protagonizada por san Martín repartiendo su capa, patrón del finado.
Antes de llegar a la girola, no detenemos en la capilla del Carmen, donde se encuentra el sepulcro de Rodrigo Álvarez, fallecido en 1232, del que hay dos ‘copias’ casi idénticas en la misma Catedral , el de Martín el Zamorano (con relieves de mucha más calidad atribuidos al Maestro de la Virgen Blanca), y el de don Ramírez de Guzmán.
En todos ellos, el yacente está rodeado por
clérigos que ofician el funeral y de un grupo de personas que lloran su muerte.
En el tímpano está representado un calvario, y en el frontal un grupo de
criados reparte pan a los pobres. Este modelo de sepulcro tuvo un éxito
extraordinario, pues además de las copias en la misma catedral, se extendió
fuera de León.
Reparto de alimentos a los pobres como parte del funeral o memoria de la caridad del difunto. |
Detalle león funerario. |
En el eje central de la girola sobresale la Capilla de la Virgen Blanca. La capilla más antigua de la catedral, dedicada al Salvador, hasta que a mediados del siglo XX alojo la escultura original del parteluz de la portada central de la fachada occidental.
La Virgen está de pie, pisando al dragón, en clara referencia a su concepción inmaculada, y supone un gran avance hacia el naturalismo, pues el artista busca establecer comunicación entre Madre e Hijo, aunque todavía muestra rasgos arcaizantes, pues sigue mirando al espectador.
La estatua yacente, según algunos autores, fue esculpida para descansar de pie y pudo, por lo tanto, haber sido desplazada a este lugar desde alguna de las portadas de la catedral.
Tímpano dividido en dos registros, con un Calvario y un Descendimiento en el inferior y un Cristo resucitado flanqueado por dos apóstoles y dos ángeles arrodillados que se acoplan al perfil curvo, en el superior, escenas de evidente significación redentora.
La siguiente capilla radial es la Capilla de la Concepción o de la Virgen de la Esperanza, con una Virgen gótica del siglo XIII y policromía posterior, que en realidad representa a la Virgen apocalíptica perseguida por el dragón pero que se utilizó habitualmente para la Anunciación, también embarazada.
En esta
capilla encontramos el sepulcro de don Ramírez de Guzmán obispo fallecido
en 1354, que primero fue enterrado en la capilla del Nacimiento, pero que fue
trasladado a su ubicación actual en 1728 cuando se decidió poner el retablo de
la Anunciación en el lugar de su primer sepulcro.
Es uno de los tres sepulcros que representan cómo se oficia un funeral, con un calvario en el tímpano y un grupo de criados repartiendo pan a los pobres en el frontal.
Otra interesante capilla radial de la girola es la Capilla del Nacimiento, con un pequeño altar hispano-flamenco de madera tallada el siglo XV con una Natividad. Sobre el portal, se reproduce un paisaje montañoso, escarpado, con arbustos, ovejas y cabras. Los pastores permanecen atentos a los ángeles que les anuncian la noticia.
En frente de
la capilla de El Nacimiento, en la parte superior de la girola, veremos el sepulcro de San Alvito, quien murió en
Sevilla en 1063 en la expedición que encontró los restos de san Isidoro. El
maestro Juan de Badajoz ”el Mozo” labró en el S.XVI este sepulcro, para
trasladar al obispo Alvito, desde su original arca funeraria, hasta este
llamativo conjunto escultórico, en un lugar más cercano al altar, justo en el
lado contrario donde se encuentra el de san Pelayo.
Fuera del
plano de la Catedral se construyó una gran sala rectangular, dedicada a
librería del Cabildo. Hoy es la capilla del Santísimo o, según la advocación popular, de la Virgen del Camino. Un
pequeño recinto cuadrado de la cabecera del templo le sirve de vestíbulo.
Se comenzó a construir el 22 de agosto de 1492. Concluyeron las obras el año 1505, fecha en que se procede a colocar los ventanales, realizados por Diego de Santillana.
El siguiente espacio lateral de este lado del Evangelio conforma la Capilla de Santa Teresa, antes dedicada a San Fabián y a San Sebastián, con dotación ya desde 1250 y en la que recibieron sepultura varios jueces del tribunal eclesiástico. Conserva una pintura mural, de Nicolás Francés y de su taller de mediados del siglo XV, con el Martirio de san Sebastián que ha sido recientemente restaurada y una talla de Santa Teresa de Antonio de Paz, discípulo de Gregorio Fernández. Las verjas son de mediados del siglo XVII, realizadas por Bartolomé Carense.
Transparente que Narciso Tomé, Catedral de Toledo |
Sobre él, un órgano, el más moderno de Europa.
Situado en el crucero de la fachada norte, hay un hueco con una enorme lápida delante con forma de viga de piedra horizontal, que recuerda el lugar donde descansan los restos de otro de los primitivos obispos de la Catedral fallecido en 1205. Manrique de Lara, último de los seis obispos preclaros de León antes de unirse con Castilla, no vio levantarse el templo, pero proyectó su preparación y sus cimientos con el apoyo del rey Alfonso IX.
En el mismo transepto del Evangelio hay una pintura colosal de San Cristóbal y debajo se conserva un sepulcro sostenido por dos gárgolas, con un boquete donde los niños metían la cabeza en espera de ver cumplidos sus deseos. Este sepulcro alojó las cenizas de San Alvito, en cuyo epitafio consta que murió el 3 de septiembre de 1062, en Sevilla, a donde se había desplazado por indicación de Fernando I para traer a León reliquias de las santas Justa y Rufina. Al fin, con el cadáver del obispo, se trasladaron a esta ciudad los restos de san Isidoro, hoy venerados en la BASÍLICA DE SAN ISIDORO (enlace a nuestra publicación). De este sencillo monumento funerario románico se extrajeron los restos del santo en 1527, para que descansaran en uno de los monumentos funerarios de la girola antes mencionado.
Este transepto también acoge un magnífico retablo gótico de fines del siglo XV procedente de Quintanilla del Olmo dedicado a San Babilés, patrón de esa localidad zamorana, compuesto por banco y tres cuerpos de siete calles que alojan una escultura central de la Virgen con el Niño, procedente de la capilla de los Betanzos del claustro, y tablas con ocho apóstoles, la Vida de san Babilés y otras escenas relacionadas con la Pasión de Cristo, Santiago o san Roque.
Tiene una finura singular, como obra que es del Maestro de la Virgen Blanca. En el frente de la tumba se representa un palacio del que salen los siervos cargados de alimentos que reparten entre mendigos, paralíticos, peregrinos y otros menesterosos.
Sobre el yacente, figura la ceremonia de las exequias con la presencia de un grupo de plañideras.
Más arriba, muy deteriorado, el calvario. Todo bajo arco lobulado con profusa decoración vegetal y angélica.
Ahora nos acercaremos al trascoro, excelente obra del siglo XVI, constituido a modo de arco triunfal.
Es de planta
cuadrada, cuyos lados, de treinta metros cada uno, se dividen en ocho tramos.
Aparte de su arquitectura, son muy destacables los elementos escultóricos y decorativos que lo exornan. Si la limpieza del gótico no permitía dentro del templo grandes exuberancias artísticas, los artistas encontraron en el claustro un lugar idóneo para ellas. Abundan toda clase de temas, bíblicos y profanos.
Varios
caballeros cabalgan al galope con escudos y lanzas; sobre ellos, dos personajes conducen un camello acompañando a su señor. La escena está realizada con gran
realismo. |
Es, sin duda, el gran cementerio catedralicio, donde se representa un conjunto funerario poco común entre los claustros españoles, aunque la mayoría de sus nichos y sarcófagos marcan una fase decadente dentro del siglo XIV.
En el tercer tramo del lienzo sur está el sepulcro de Munio Ponzardi, muerto a mediados del siglo XIII. Bajo un sencillo arco proveniente de la construcción románica, se cobija una Virgen con el Niño, llamada del "Foro y Oferta", a quienes un clérigo presenta un pequeño edículo, que nos recuerda las edificaciones del románico zamorano y salmantino. Ante este grupo se presenta la ofrenda anual que el Ayuntamiento leonés hace a la Virgen de Regla en agradecimiento por haber sido liberado del tributo de las cien doncellas que los reyes cristianos tenían que entregar cada año al rey moro. No obstante esta interpretación, de hondas raíces populares, la escena se refiere al compromiso que los clérigos de san Isidoro debían de satisfacer cada año, presentando a la titular de la Catedral unos kilos de manteca y miel, en reconocimiento de su sometimiento a la iglesia madre.
Iconográficamente tiene mayor importancia el sepulcro del canónigo Domingo Yáñez, fallecido en 1272. Se encuentra en el muro occidental, próximo a la puerta de la Gomia. Estuvo tapiado y fue descubierto por el Sr. Torbado en 1911. El fondo está dividido en dos registros, el inferior de los cuales se decora con la celebración de las exequias y asunción del alma y el superior con Cristo entronizado entre la Virgen y Santiago peregrino orantes. La presencia de este último en sustitución de San Juan evangelista, constituye una referencia a la exaltación de la figura del apóstol peregrino. Este lleva los pies descalzos como corresponde a su condición de apóstol, se toca con sombrero y porta bastón, atributos de peregrino. Oficia los funerales un obispo que lee las preces en un libro sostenido por un acólito, mientras otro tiene un hisopo. Completan la escena tres prelados más. La asunción del alma, que normalmente se sitúa en el registro superior, interrumpe la citada ceremonia, lo que denota un desconocimiento de la iconografía. El yacente es la escultura más castigada, del que ha desaparecido la cabeza. Hay quien considera que la tumba es en realidad la de la reina Berenguela, quien hasta su muerte, en 1246, jugó un papel crucial en la financiación de la Catedral. Aunque la efigie está decapitada, hay detalles que permiten deducir que es una mujer.
Seguimos avanzando hasta el sepulcro de Gil Nicolás de sencilla decoración, formada por un Calvario sintetizado y arquivoltas vegetales separadas por molduras. La escultura yacente, sarcófago, porta los atributos propios de un clérigo, esto es, un bonete sobre su cabeza y un libro entre sus manos. La caja sobre la que reposa presenta escudos de armas flanqueando el anagrama IHS XPS.
En esa misma panda se encuentra la veleta ‘gafe’ de la Catedral de León, que coronaba la llamada Torre del Reloj o Torre Sur. Según algunas crónicas, a la veleta le cayó un rayo en 1715 durante una rogativa ante la falta de lluvia en el campo leonés. Empezó a arder, pero, sucedió un ‘milagro’: una gran lluvia sofocó el fuego. El día que un incendio arrasaba la ciudad de Santander, en 1941, un vendaval tiraba la veleta de la Catedral de León y obligaba a reemplazarla. En 1965 un fuerte viento hacía nuevamente que se precipitara sobre el atrio, sin causar heridos. La veleta, que podría ser del siglo XVII, guardaba un secreto. En 1911, un vendaval hizo peligrar la veleta que mide cuatro metros, y cuando los herreros de la Catedral, los maestros Magaz y Blanco, estaban haciendo un patrón para reconstruirla y hacer una nueva, descubrieron que la bola de arranque guardaba un pergamino con una plegaria al arcángel San Miguel, para que librara a la torre de rayos y centellas, al tiempo que rogaba para que no se posaran en ella animales voladores. La nueva veleta se colocó con la misma plegaria; mientras que la vieja, fue a parar como antigualla al Museo Catedralicio.
Le sigue el sepulcro del
arcediano de Valderas Adán Yáñez (†1272).
Ya en la unión de esa panda occidental con la norte se abre la Puerta de San Juan de Regla, que daba acceso a la Capilla de San Nicolás.
Allí nos topamos con la Puerta de la Sala Capitular, tallada en nogal por Juan de Quirós (1530).
Recorremos ahora la panda oeste.
Por último, recorremos la panda sur del claustro.
Allí, junto a la puerta de acceso a la portada de la Virgen del Dado y entre los monumentos de Munio Ponzardi y Juan Pérez, se encuentra el sepulcro del tesorero don Pedro Yáñez. El monumento, tal y cómo se encuentra en la actualidad, es el primero del que se conservan todos los elementos propios de los arcosolios funerarios: arquivoltas exteriores, tímpano decorado y urna funeraria con yacente. El tímpano se divide en dos niveles diferenciados a través de una línea de imposta ondulante que simula las nubes que separan los mundos terrenal y celeste. En el plano terreno, la mitad izquierda se dedica a una Epifanía, y la derecha a la representación de las exequias por el canónigo difunto y la elevatio animae. La escena bíblica se representa siguiendo los patrones iconográficos habituales y destaca por la viveza con la que se despliega la narración; dos reyes dialogan entre sí y señalan hacia la estrella que los guía, mientras que el tercero se arrodilla ante María y el Niño, que ya muestran actitudes plenamente góticas, únicamente esbozadas en los monumentos de Juan Pérez y Munio Ponzardi, aunque la calidad de la labra nada tiene que ver con la de estos sepulcros.
Salimos del claustro por la Puerta del Dado hacia la capilla de San Andrés, obra de Juan de Badajoz el mozo, en 1534. también llamada Capilla Penitencial, que hoy en día se dedica al culto diario en la Catedral.
Se comunica con la anterior mediante arco carpanel construido por Juan de Badajoz el Mozo, entre los años 1533-1534. Su estilo es más avanzado, aunque la parte que da hacia la librería, con su greca de complicados trazados, sigue el mismo tipo de decoración que aquella. El arco se enmarca entre columnas abalaustradas, con toda la superficie cubierta de "candelieri", "puttis", niños con guirnaldas, etc. Todo nos habla ya del plateresco.
Foto recojida de:httpswww.alberguecofradiadelsanto.comwp-contentuploads201802topomaligno.jpg |
Finalizamos señalando que la Catedral de León es una de las tres catedrales más importantes, junto con la de Burgos y Santiago de Compostela, en el Camino de Santiago.
TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGIENTES ENLACES:
https://m.arteguias.com/catedral/leon.htm
https://www.visitaleon.com/catedral-leon
https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Le%C3%B3n
https://www.catedraldeleon.org/
https://www.asturnatura.com/turismo/catedral-de-leon/2925.html
https://www.urbipedia.org/hoja/Catedral_de_Le%C3%B3n
http://cosinasdeleon.com/locus-apellationis/
https://viajarconelarte.blogspot.com/2016/01/el-interior-de-la-catedral-de-leon-la.html
https://www.terranostrum.es/turismo/catedral-de-santa-maria-leon
https://hmong.es/wiki/Le%C3%B3n_Cathedral
https://www.arteviaje.com/2010/10/catedral-de-leon.html
https://buleria.unileon.es/bitstream/handle/10612/6794/franco%20mata0001.pdf?sequence=1
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