Fue edificada en
los primeros años del siglo XIII por los monjes
templarios que poseían en Toro otras dos iglesias, la de Santa María del
Temple y Santa María la Nueva. Los documentos atestiguan que antes de la
disolución del Temple en 1312, la iglesia ya estaba regentada por el clero
secular, con una primera fábrica de ladrillo que a comienzos del siglo XVI
precisó de una reconstrucción, consumada bajo el patrocinio del dominico fray Diego de Deza,
Inquisidor General.
El 18 de mayo de
1929 la iglesia fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional. Se ubica en el
centro de la Plaza de la Paja, extramuros del primer recinto amurallado de la
ciudad de Toro.
La portada a los
pies, se abre al sotocoro y las portadas laterales lo hacen directamente al cuerpo
de la nave.
Al exterior muestra un sencillos arco, con alfiz y escudo del obispo Deza.
Gran presbiterio abierto a la nave mediante arco apuntado, coro a los pies y una sencilla torre adosada al muro del Evangelio de 1573.
La iglesia sufrió un lamentable abandono en el siglo XX, en la década de 1970 se resuelve, exponer unas pinturas murales
descubiertas veinte años antes en el coro del Real Convento de Santa Clara de
la localidad. Convirtiéndola en museo en 1997.
De planta
rectangular, nave única de dos tramos con cubierta de terceletes con el escudo
del obispo Deza en las claves y con nervios apoyados en ménsulas,
El retablo
mayor, según trazas de Carlos Carnicero es de comienzos del siglo XVIII. Se
compone de predela, cuerpo central con tres calles y ático, con lienzos con los
santos Esteban y Lorenzo, flanqueando una talla hispano-flamenca de san
Sebastián, santo titular de la iglesia, reaprovechada de la época de fray Diego
de Deza, y ático con una Ascensión. La decoración del testero del altar
completa con trampantojos laterales que simulan otras
dos calles más del retablo.
Las pinturas
murales del coro de Santa Clara salieron a la luz de forma casual en la
década de 1950 al caer parte del encalado del muro que las cubría en el
transcurso de unas obras de restauración en el convento, realizadas por el
arquitecto Pons Sorolla, en el que se decidió el cambio de emplazamiento,al nuevo museo.
El Ciclo de
santa Catalina de Alejandría, en un panel de unos 320 x 435 cms., está
dedicado a una figura que encarnaba las virtudes cristianas, modelo de
intercesión entre la comunidad y Dios. Estaba compuesto
de veintiuna escenas y entre ellas se distinguen la Disputa teológica con el
Emperador, Santa Catalina en prisión, un castillo medieval, con la
emperatriz y el general Porfirio, convertidos al cristianismo gracias a sus
argumentos, arrodillados ante la puerta de la cárcel, La santa convence a
los filósofos, el Martirio de los filósofos, muertos por asfixia por
orden del emperador por haberse convertido al cristianismo, sobre la que puede
leerse “COMO MANDÓ QUEMAR LOS SABIUS”, el Martirio de Santa Catalina,
con una inscripción en la que se lee “E COMO LA MANDÓ ÉL EN EL TOROMENTU DE LAS
RUEDAS”, la Decapitación, con una inscripción que dice “COMO LA [MA]NDÓ
EL REY DESCABEÇAR”, o el Traslado de su alma al cielo y de su cuerpo al Monte
Sinaí para darle sepultura.
Otro mural,
muy mutilado, cuenta con cuatro paneles con imágenes de santa Ágata, santa
Lucía y otros dos santos no identificados.
Además, es muy
importante un fragmento con las piernas de un San Cristóbal en el que se
localiza una inscripción en la que se lee: “TERESA DIEÇ ME FECIT”,
En cuanto al
Ciclo de la Vida de Jesús, se conservan cinco pasajes. En la parte superior se
adivinan, muy deteriorados, una Última Cena y una Presentación en el Templo. En
cuanto a la inferior, reflejan una Epifanía, sobre el que se lee “COMO VAN
OFERECER LOS TRES MAGOS A SANTA M(a)RIA E A IESUXP(isto)”, un Bautismo de
Cristo, completada con la inscripción “COMO BAUTIÇA SAN IHOAN A IESUXPO”, y el
Noli me tangere, con Marta, la hermana de Magdalena, a caballo, adoptando la iconografía
de san Jorge, matando al dragón ante las murallas de Nerluco o Tarascón, con la
inscripción en la orla superior en la que se lee “A IESU XPO. COMO APARECE IESU
XPO. A LA MADA LENA [...]”.
Colección de exvotos dedicados al Cristo de las Batallas, la advocación de uno de
los retablos laterales que se retiraron en la remodelación del museo y patrón
de la ciudad de Toro, que han quedado expuestos en la antigua sacristía.
Hoy desacralizada,
acopia un museo de arte sacro de Toro.
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